Casi el 30% de las mujeres en España se encuentra en riesgo de exclusión social
La diferencia salarial de género permanece en el 23% a nivel mundial y pasarán otros 68 años antes de lograr la igualdad
Exclusión social Casi un 30% de las mujeres en España están en riesgo de pobreza
Un total de 4.255.564 mujeres entre 16 y 64 años –el 28% del total– se encuentran en riesgo de pobreza y/o exclusión social en nuestro país, siendo el desempleo uno de los principales desencadenantes. Se trata de unas cifras que aún no recogen los efectos de la pandemia sobre la población, por lo que únicamente constituyen una aproximación –a la baja– de los datos reales de pobreza y exclusión que soportan actualmente las mujeres en edad laboral en España.
Entre los hombres en edad de trabajar, el riesgo de pobreza y/o exclusión es inferior, afectando a un 20% de ellos (3,1 millones). Una diferencia de ocho puntos porcentuales que da cuenta de la mayor vulnerabilidad de las mujeres, así como de las dificultades añadidas que encuentran en su búsqueda de empleo. Son cifras que recoge la Fundación Adecco que recuerda, además, que febrero de 2021 se saldó con la cifra más alta de desempleo femenino desde abril de 2015, con 2.304.779 mujeres sin trabajo: un crecimiento mensual del 1,3% y un incremento interanual del 21,6%. Unos datos que se volvieron a recordar el pasado lunes 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer. Una fecha también para hacer balance de cuánto se ha avanzado en igualdad de género en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible establecido por la ONU. Si bien dicha Agenda comprende una amplia variedad de desafíos mundiales como mejorar las vidas de las mujeres y las niñas, los obstáculos para conseguir los fines son «desalentadores», apuntan desde ONU-Mujeres.
Las desigualdades de género se manifiestan en todos y cada uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por ejemplo, cuando los hogares no disponen de suficientes alimentos, las mujeres suelen ser las primeras en pasar hambre. A pesar de que las niñas y jóvenes logran cada vez mejores resultados académicos que sus pares varones, tanto en la escuela como en la universidad, esto no se ha traducido en una igualdad de género en el mercado laboral. Por otro lado, la diferencia salarial de género permanece en el 23% a nivel mundial y, de no tomar medidas firmes, pasarán otros 68 años antes de lograr la igualdad en este punto. Si bien las mujeres han logrado ocupar importantes cargos políticos en todo el mundo, su representación en los parlamentos nacionales es del 23,7%, una cifra que permanece muy lejos de la paridad.
Además, estas conquistas son frágiles de cara a las amenazas y los ataques a las mujeres políticas y votantes, el continuo acoso sexual y el maltrato en línea. Una de cada cinco mujeres y niñas ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja en los últimos doce meses. Sin embargo, hay 49 países que no cuentan con leyes que protejan específicamente a las mujeres frente a este tipo de violencia, apuntan desde ONU-Mujeres. Y a pesar de su que su presencia es cada vez mayor en la vida pública, las mujeres mujeres continúan dedicando 2,6 veces más tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados que los hombres. Por otro lado, son también las principales recolectoras de agua y combustibles sólidos en los hogares que no cuentan con acceso a un sistema mejorado de abastecimiento de agua ni acceso a energías limpias, lo cual afecta negativamente a su salud y su seguridad.
Entrelazadas
En las vidas de las mujeres y las niñas, las diversas dimensiones del bienestar y las carencias están profundamente entrelazadas: una niña que nazca en un hogar pobre (Meta 1.2) a la que se obligue a contraer un matrimonio precoz (Meta 5.3), por ejemplo, tiene mayor probabilidad de abandonar la escuela (Meta 4.1), tener hijos a una edad temprana (Meta 3.7), sufrir más complicaciones durante el parto (Meta 3.1) y ser objeto de violencia (Meta 5.2) que una niña nacida en un hogar con mayores ingresos que se case a una edad más tardía. Al final de esta serie de acontecimientos, la niña nacida en condiciones de pobreza apenas tendrá la posibilidad de escapar de ella.
Durantela implementación de la Agenda 2030, el objetivo de los legisladores debe ser romper este círculo vicioso y responder a las experiencias interdependientes de exclusión y privación, ofreciendo respuestas integrales: una mujer que abandone una relación de maltrato, por ejemplo, necesita acceso a la justicia (Meta 16.3), además de un lugar seguro donde vivir (Meta 11.1), atención médica (Meta 3.8) y un trabajo decente (Meta 8.5), de modo que pueda conservar un nivel de vida adecuado para ella y las personas que pueda tener a su cargo, explican desde ONU-Mujeres. Esto significa que si bien los avances en el ODS 5, que aborda la igualdad de género, serán fundamentales, no pueden ser el único foco de atención de una implementación, un seguimiento y una rendición de cuentas sensibles al género.
Por este motivo, los defensores de los derechos de las mujeres han luchado arduamente no solo para que se incluyese este objetivo específico, sino también para integrar la igualdad de género en otros objetivos y metas, llamando la atención sobre las dimensiones de género de la pobreza, el hambre, la salud, la educación, el agua y el saneamiento, el empleo, el cambio climático, la degradación medioambiental, la urbanización, el conflicto y la paz.