UN AÑO DE TRIAJE
Ignacio Rodríguez Burgos
SeSe cumple un año del primer Estado de Alarma, del decreto que impuso el confinamiento y restricciones para luchar contra la pandemia. Un año del comienzo de la peor crisis económica en tiempos recientes. Se han perdido miles de vidas. Y se han quedado en el camino una retahíla de empresas y empleos, por mucho que Pedro Sánchez anunciara que nadie se quedaría atrás. No ha sido así. Siguen desapareciendo negocios y trabajos. En los dos primeros meses del año, incluso, se ha acelerado la destrucción del tejido productivo. La Confederación de pequeñas y medianas empresas indica que en enero y febrero se volatilizaron 20.000 compañías. Hace un año, entre marzo y abril, la COVID se comportó como un meteorito, golpeó ferozmente todo lo que se ponía a su alcance y en apenas 45 días arrasó 90.000 sociedades. La recuperación tras el verano logró resucitar a 57.000 pymes. Pero el cráter es gigantesco. Doce meses después, las empresas con asalariados inscritas en la Seguridad Social no llegan a 1,3 millones, 50.000 menos que antes de la COVID y el BCE apunta que la crisis se prolonga con 900.000 trabajadores en ERTE y cuatro millones de parados.
Ahora, llegan las ayudas directas para pymes y autónomos. Serán 7.000 millones con retraso y 4.000 millones en reestructuración de deuda y créditos participativos. La Agencia Tributaria supervisará los requisitos para acceder al dinero. El brazo ejecutor de Hacienda efectuará el triaje, el cribado. Intimida. Decidirá, junto a las CC AA, quién se salva y quién no, como en las emergencias en medio de un desastre.
«Se han perdido miles de vidas y se han quedado en el camino una retahíla de empresas»