Hervías decidió el paso al PP tras el 14-F: «No cabía en el proyecto»
Explica su salida de Cs porque «no ven que el sanchismo es incompatible con la libertad»
No fue una decisión sobre la marcha, sino premeditada en el tiempo y que no se justifica únicamente en el fracaso de la dirección de Ciudadanos con la moción de censura de Murcia que se ha saldado con la salida de los naranjas de dos gobiernos autonómicos y con el malestar ya por parte de las baronías territoriales que pedirán hoy a Inés Arrimadas explicaciones e, incluso, ceses.
Fran Hervías, Tossa de Mar (Gerona 1983), era hasta ahora el último escudero de Rivera que quedaba dentro de Cs. En el partido era conocido entre las filas naranjas como el «señor lobo» que se «comía a las ovejas negras», a los cargos díscolos. Su misión era la de recorrerse todo el país con el fin de conocer a fondo su formación, e incluso, era el encargado de expulsar a quienes no cumplían con la carta ética del partido. Nadie como él conoce los entresijos de las direcciones autonómicas. Tras la marcha de Rivera se convirtió en el único superviviente riverista que intentaba resistir, aunque alejado ya de los organigramas internos del partido.
Su marcha del partido –que dice no sorprendió en Cs–coincide con el peor momento que atraviesa la formación, 48 horas antes –por el sábado-–de que tenga lugar hoy la Ejecutiva tras la deriva del partido por la apuesta de la dirección en la moción de censura que el PP acabó echando por tierra. Sin embargo, Hervías ya tenía en mente la decisión de darse de baja del partido y renunciar a su acta como senador, según reconoce él mismo en conversación con LA RAZÓN. «Tras las elecciones de Cataluña –donde el partido perdió 30 escaños– tuve una reunión con el vicesecretario general de Cs y su adjunto, Carlos Cuadrado y José María Espejo. Es ahí donde visualice que el partido no iba a cambiar de estrategia e iba a continuar en el acercamiento al Gobierno de Sánchez», relata para después especificar que ese fue «el detonante» de todo. «Vi claramente que no tenía cabida en este proyecto. Espejo me comunico que su estrategia seguiría siendo el acercamiento porque consideraban que era lo que pedía el votante de Cs».
No fue –después de 15 años de militancia en el partido– una decisión fácil pero sí lo vio claramente después del 14-F. «Lo he intentado cambiar» se justifica, «he tratado de que entren en razón de que el sanchismo es incompatible con la libertad, pero no he tenido éxito», lamenta. La siguiente inevitable pregunta es por qué no esperó tan solo un día, a que tuviera lugar hoy la ejecutiva del partido para presentar su dimisión. Pues su marcha y aterrizaje en el PP puede ser entendida como la señal para otros cargos que hoy muestran su malestar y disgusto con el partido. «No me sentía representado y no estaba cómodo, por lo que no iba a estar alargando una situación con la esperanza de haber si cambia», dice. «Yo quiero trabajar en un proyecto que pueda ser la alternativa a Sánchez y es el PP de Casado», reivindica.
¿Y cómo ha sido su rápida llegada al PP? «No ha sido un proceso largo», explica. «Tengo una relación de amistad con Teodoro García-Egea, desde hace años y hemos comido en varias ocasiones», relata. «En estos últimos días es cuando le dije que había que su mar voluntades y arrimar el hombro. Le expliqueque estaba dispuesto a dar el paso, y a echar una mano», dice.
Cerrado el capítulo con Cs, explica que ahora su objetivo –trabajando en la secretaría de organización con García Egea– será el de hacer a Pablo Casado presidente del Gobierno. Prefiere habla de hecho de futuro en la entrevista y no de Cs. «Creo que los españoles están cansados de las guerras internas. Quieren futuro y certidumbre. Este futuro pasa por aglutinar al centro derecha en el PP con la figura de Casado al frente porque el enemigo de España es el sanchismo», repite.
Aún así, sobre la situación de su ex partido, cree que la moción no ha sido entendida «ni dentro ni fuera» de la formación. Sobre la Ejecutiva que tendrá lugar hoy, aprecia que existe un «malestar creciente». De cara al futuro alerta de que «habrá seguramente más gente que diga que no puede seguir en un proyecto convertido en la muleta del sanchismo». No espera grandes cambios de la cita de hoy. «Tengo pocas esperanzas visto lo que ha pasado en los últimos meses», lamenta.
Su decisión no sorprendió en Cs. Pide «aglutinar el centro derecha» bajo la figura de Casado para derrotar a Sánchez