El batacazo regional de la CDU debilita al sucesor de Merkel
El bávaro Söder gana peso para ser el candidato a la Cancillería
Estaban preparados para lo peor, habían elevado cortafuegos, reducido las expectativas, pero el batacazo sufrido el domingo por la Unión Cristianodemócrata (CDU) en Baden-Württemberg y Renania-Palatinado solo pudo definirse como humillante y se tradujo ayer en un malestar mayúsculo entre los bastidores del partido de Angela Merkel. La reacción no se hizo esperar. A seis meses de los comicios generales, la presidencia del partido exigió un análisis de la derrota y, en la que fue una primera medida, aprobó un código de conducta anticorrupción que implicará la expulsión inmediata de sus infractores, tras el escándalo por los cobros de comisiones de varios diputados conservadores en negocios con mascarillas.
«Los miembros que utilicen su posición en el partido o su mandato en beneficio propio vulneran los fundamentos de la CDU y deberán dejar su mandato y el partido de inmediato», aseguró ayer el líder de la formación, Armin Laschet, quien asimismo advirtió a los miembros de su formación formación que no se hicieran ilusiones sobre el camino hacia las federales del 26 de septiembre.
Pero además de esta decisión, la reunión de la Junta directiva de la CDU estuvo marcada por los ataques contra el Partido Socialdemócrata (SPD). El propio Laschet protestó abiertamente hacia la actitud de su socio de Gobierno en el Parlamento ante la pandemia o por el trato que dieron algunos socialdemócratas con el asunto de las mascarillas.
El estado de ánimo dentro del bloque conservador de la canciller cambió en tan solo unas semanas. Durante mucho tiempo, y en vista de las cómodas encuestas, se daba por hecho que el sucesor de Merkel heredaría la popularidad de la líder, pero los últimos problemas con la gestión de la pandemia, el asunto de las mascarillas o la derrota electoral despertaron un miedo creciente en el seno de la formación.
Mientras tanto, ya resuenan voces que ponen en duda la idoneidad de Laschet como posible candidato a canciller. Aunque sigue la línea de su predecesora, carece de su carisma y atractivo y sus índices de popularidad distan bastante a los de Merkel.
La CDU cayó a mínimos históricos tanto en Banden-Württemberg como en Renania-Palatinado (24,1% y 27,7% de los votos, respectivamente). Los vencedores en el primero fueron Los Verdes, con un 32,6%, mientras que los socialdemócratas se impusieron en Renania con un 35,7%. Consolidaron con ello su posición como primera fuerza y seguirán al frente de los respectivos Gobiernos regionales.
La derrota en Baden-Württemberg es «especialmente dolorosa», según el derechista Markus Söder. Dicho «Land», vecino a Baviera y donde tienen su sede varios consorcios industriales alemanes, estuvo durante décadas bajo el dominio conservador. El bloque conservador no ha consensuado aún a su candidato común para las generales. Hay ahí un pulso entre el centrista Laschet y el líder de la CSU bávara, el derechista Söder.
El secretario general de la CDU, Paul Ziemiak, aseguró tras admitir la «dolorosa derrota», que se mantendrá el calendario previsto y que la designación del candidato será tras Semana Santa.