CAMINO DEL CALVARIO
AhoraAhora que transitamos la Cuaresma, camino de la Semana Santa, pasión y gloria, la actualidad nos sorprende con esos laicos de vidas fervorosas y obrar devoto y máximo con los demás. Juan Carlos Monedero es uno de esos elegidos por la providencia superior, uno entre iguales para luchar por todos nosotros que carga con dolorosos estigmas. Todo por el pueblo, porque su verdad os hará libres, y en esas anda, de lucha sin cuartel contra gigantes y molinos de esos que agitan los hilos y manejan los guiones de esta divina, pero tenebrosa comedia. Y es una alivio entender que Juan Carlos, siempre tan cercano, se presta al sacrificio con la mejor de las sonrisas. Y recorre su vía crucis camino del Gólgota (jurídico) entre latigazos políticos y coronado con espinos de los endiablados poderes mediáticos. Su papel en el teatro del mundo es una creación reveladora, una batalla de esa guerra judicial contra la comunidad perseguida de los capirotes morados como los cristianos de las catacumbas. Él no cobró comisiones de Neurona ni cogió un euro que no le correspondiera como estipendio por su jornal y si entregó una factura sospechosa se debió a un error sin intención producto de la impericia. El juez ya lo sabe, todo quedó ayer aclarado, su conciencia está limpia y tranquila. Los poderosos, los fondos buitres, la prensa satánica, dice, son la mano negra del siglo XXI contra este buen pastor y su rebaño. Un resistente, en pie con el puño en alto (lo ven a la salida del juzgado). El buen samaritano de la parábola bíblica, que practica la misericordia y el socorro. Monedero, cordero entre lobos. Y amén. Vaya tela.