«11.000 millones no solucionan el problema y llegan tarde»
Las pymes catalanas defienden la creación de una nueva patronal al margen de la CEOE
AntoniAntoni Cañete (Barcelona, 1963) toma el mando de la patronal catalana de la pequeña y mediana empresa (Pimec) en un momento de máxima complejidad porque la actividad empresarial está lejos aún de recomponerse de los efectos pandémicos. Cañete venció a una candidatura impulsada por el independentismo (ANC) y cuenta, además, con un rotundo aval de los socios de una organización con algo más de 120.000 empresas.
–¿Victoria «histórica»?
–Yo diría que más que la victoria, ha sido una participación histórica. Ha sido excepcional que en un ámbito como el empresarial, poco dado a la participación en estos procesos, haya votado casi el 50% del censo. En la Cámara de Comercio de Barcelona, que puso el voto electrónico para que aumentara la participación, votó el 4%. Y, además, hemos recibido un 84% del apoyo. Los empresarios en Cataluña han dado una respuesta muy clara y es que quieren ser gobernados por empresarios y empresarias y no para politizar la institución. Con esta participación y este resultado, sale que 102.000 empresas (de las poco más de 120.000) nos han dado apoyo. Es un hecho extraordinario. –¿Cómo interpreta el mensaje que envían los socios de Pimec tras esta rotunda victoria al separatismo?
–Creo que es una buena respuesta que hemos de saber leer, más allá de Pimec, en nuestro entorno social y económico. Debemos ser respetuosos con nuestras instituciones y las instituciones deben tener sus propios procesos internos sin estar influidas por intereses externos. Cuando entran intereses externos, se está pervirtiendo la institución. Cuando gané, lancé un mensaje: no puede haber injerencias políticas en nuestras instituciones.
–Las relaciones con Foment del Treball han mejorado en los últimos tiempos, ¿es posible una fusión?
–Las relaciones han mejorado, efectivamente. Con Foment hemos alcanzado un acuerdo para que ninguna tenga más representación que la otra y hemos firmado un acuerdo de unidad de acción. Pero nosotros hemos homologado el mapa patronal de Cataluña a Europa, donde conviven una patronal de grandes empresas separada de otra patronal de pequeñas y medianas empresas. No se puede tener una única organización que represente a todos los intereses porque, por ejemplo, si pones en una misma organización al Corte Ingles y un comercio pequeño, ¿quién mandará? El comercio, no. Hemos de tener una clara separación de intereses para ser defendidos y dialogados. Ir a organizaciones monolíticas recuerda a épocas anteriores a la que tenemos ahora, en la que había lo que se llamaba el sindicato vertical.
–Su aspiración es trasladar este mapa patronal a España para formar parte del diálogo social junto a la CEOE. ¿Cree que es posible?
–A nivel estatal tenemos un problema, que he puesto encima de la mesa y será un debate en los próximos años: es que en España, igual que en Cataluña, el 99,8% de empresas son pymes y representan más del 70% del empleo y más del 60% del PIB. El motor de la economía de España son las pymes y que el motor no se siente en el lugar donde se toman los acuerdos es una anomalía y lo tendremos que plantear, sin ir en contra de nadie, sino con la voluntad de defender los intereses de forma real a nivel estatal. Es posible que no tardemos mucho en poner encima de la mesa una representación real de una asociación que represente a las pymes. –¿Cómo están las pymes? –Muy tocadas. Va por sectores. La pyme, en general, es muy pequeña, muy micro, y en una situación como ahora en la que deberías tener grasa para aguantar tras muchos días sin comer o comiendo poco, si eres débil, hay un problema. O rescatamos de forma clara sectores de actividad que han quedado muy afectados o estos sectores desaparecerán con las consecuencias que eso comportará. Debería ser una obsesión no cerrar actividad empresarial. Hay que gestionar con sensibilidad empresarial. En su momento se salvó el sistema financiero para que no cayera el país, y ahora, ahora, si no salvamos el sistema productivo, el problema económico que tendremos es muy grande. –¿El Gobierno está teniendo sensibilidad?
–Cuando empezó la pandemia, los ICO y ERTE iban en la buena dirección. Eso estuvo bien si la pandemia hubiera durado entre dos y cinco meses, pero ya llevamos un año. Se necesitan tomar medidas encaminadas a salvar la actividad económica y el problema es que las medidas llegan tarde y, posiblemente, no alcanzan la dimensión que deberían tener. –¿Qué medidas pedirían? El Gobierno aprobó 11.000 millones el viernes.
–Hace tiempo que hay medidas que no cuestan dinero y son decisiones de un gobierno: por ejemplo, pagar las facturas pendientes. La administraciones públicas tienen 15.000 millones de euros en facturas por pagar, de los cuales 8.000 millones están fuera del plazo marcado por la ley. Estamos teniendo un titular de 11.000 millones y lo único que debería hacer el Gobierno es decir que cumple la Ley. Inyectaríamos 8.000 millones. Las grandes empresas son peor pagadoras aún: deberían pagar a 60 días según la Ley y hay 80.000 millones que están fuera de plazo. Si se cumpliera la Ley, estarías inyectando casi 90.000 y 100.000 millones de euros. Los 11.000 millones de euros se necesitan para apuntalar el sistema productivo, pero cuanto antes mejor, porque como se tarde mucho no harán falta porque las empresas pueden haber muerto.
–¿Son suficientes? ¿Cómo valora su articulación?
–Los 11.000 millones de euros no solucionan el problema, clarísimamente. Y hay una cuestión importante, que es que hay sectores minoritarios que han quedado excluidos y debemos incluirlos porque es justo y necesario. Estos recursos no son suficientes. Apuntala cuestiones muy concretas, pero no se conoce aún la letra pequeña y las autonomías deberán fijar criterios, lo que puede retrasar la llegada del dinero. Es una cuestión de urgencia.
«Los empresarios en Cataluña quieren ser gobernados por empresarios sin politizar la institución»
«El motor de España son las pymes y que no se sienten en la mesa donde se toman los acuerdos es una anomalía»