El Vaticano no bendecirá las uniones homosexuales
No ve lícita esta acción sacramental para ninguna pareja fuera del matrimonio
El debate se reabrió el pasado octubre, cuando el Papa defendía en un documental que hubiera una «ley de unión civil» para que las parejas homosexuales estuvieran «cubiertas legalmente». Después se conoció que esas declaraciones eran antiguas y que respondían a la situación concreta de Argentina, aunque eso no impidió que la controversia siguiera creciendo y que comenzaran a acumularse dudas en las diócesis de distintos países. Ahora, la Congregación para la Doctrina de la Fe trata de resolverlas. «La Iglesia no dispone, ni puede disponer, del poder para bendecir uniones de personas del mismo sexo», responde en una nota oficial, tratando de dar el tema por zanjado. La sentencia es lo suficientemente contundente para que no haya más interpretaciones. «En algunos ambientes eclesiales se están difundiendo proyectos y propuestas de bendiciones para uniones de personas del mismo sexo», comienza el texto emitido por Doctrina de la Fe.
El escrito se conoce técnicamente como un «Responsum ad dubium», una respuesta a una duda, y cuenta con la total legitimidad de este organismo encargado de responder a cuestiones normativas. La pregunta sería: «¿La Iglesia dispone del poder para impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo?», a la que el Vaticano responde «negativamente».
De entre las opiniones de las distintas Iglesias, destaca el camino sinodal alemán, que lleva años dando pasos para que este tipo de enlaces sean reconocidos por la jerarquía eclesiástica.
El Vaticano, sin embargo, dice «no». «No es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo», sostiene el documento. Bajo la firma del cardenal español Luis Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se afirma que un reconocimiento tal «sería en cierto modo una imitación o una analogia con la bendición nupcial».
El argumento del antiguo Santo Oficio es que estas «bendiciones» pertenecen al campo de los signos «sacramentales», en las que no pueden tener cabida las parejas legales entre personas del mismo sexo .« No existe ningún fundamento para a similar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia», sentencia.
Esta posición no impide, según Doctrina de la Fe, que «personas individuales con inclinaciones homosexuales que manifiesten la voluntad de vivir en fidelidad a los designios revelados por Dios» puedan recibir la bendición de la Iglesia. Pero siempre desde un punto de vista particular, nunca como pareja que quiere ver reconocidos sus derechos.
El texto ahonda en el concepto de «acompañamiento», en el que Francisco ha insistido en para referirse a la postura de la Iglesia ante los gais. Esa labor de guiar pastoralmente a estas personas implica acogida en la comunidad eclesiástica y a veces incluso seguimiento psicológico, pero no modificación de la doctrina.
Así lo recalca Doctrina de la Fe, el órgano responsable de salvaguardar la doctrina católica. Las palabras de Francisco han dado alas a las reivindicaciones de grupos LGTBI+, que buscan el reconocimiento de las uniones civiles homosexuales por parte de la Iglesia, aunque esas expectativas quedan aparcadas. El documental del cineasta ruso Evgeny Afineevsky, en el que Francisco pedía cobertura legal para este tipo de parejas, despertó más polémica por la forma que por el contenido. Se destapó que el Vaticano había censurado en un primer momento esas declaraciones al canal mexicano Televisa, de donde procedía el material original, pero después sí permitió su emisión a Afineevsky.