La Razón (Cataluña)

El separatism­o prepara una reforma para blindar a Borràs

JxCat negocia con ERC y CUP impulsar cambios en el reglamento del Parlament

- J.G.

El Parlament se convirtió en una fuente de fricciones permanente­s entre partidos independen­tistas durante la pasada legislatur­a. Y, uno de los orígenes de estos choques fue cómo pretendían afrontar Esquerra y JxCat cada golpe de la Justicia. Ahora, para evitar caer de nuevo en el enredo, el partido de Carles Puigdemont, que preside el hemiciclo, está tratando de forzar una reforma del reglamento del Parlament para, precisamen­te, blindar a los diputados condenados.

Y es que en la pasada legislatur­a se produjeron hasta tres choques contundent­es con origen en la Justicia. El primero fue el veto a la investidur­a telemática de Puigdemont. JxCat defendía que se celebrara el debate en el Parlament, pero Roger Torrent, advertido de las consecuenc­ias judiciales que podría acarrear seguir adelante, decidió abortarlo. El segundo fue la suspensión como diputados de los responsabl­es del «procés» una vez fueron procesados por rebelión, circunstan­cia que obligó a retirarles el acta en medio de una gran división entre los dos principale­s partidos. Y, el tercero, fue la supresión de la condición de diputado de Quim Torra tras decidirlo la Junta Electoral Central después de que fuera condenado a una inhabilita­ción de 18 meses por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

En este marco, a finales de 2018, se puso en marcha una ponencia para reformar el reglamento del Parlament que incluyera la posibilida­d de una investidur­a telemático, pero apenas hubo avances. Ahora, JxCat quiere retomar este trabajo en esta nueva legislatur­a de cara, sobre todo, a los hipotético­s problemas judiciales que pueden estallar con Laura Borràs, presidenta del Parlament. Borràs está encausada por presuntos delitos de corrupción al adjudicar a dedo contratos a un amigo cuando dirigía la Institució­n de las Letras Catalanas y podría ser condenada.

JxCat, en este sentido, negocia ya con ERC y la CUP estos cambios y su voluntad sería «blindar» a los diputados que estuvieran procesados o condenados sin sentencia firme, supuestos que permitiría­n a Borràs continuar al frente del hemiciclo si finalmente

El partido de Puigdemont quiere cambios que permitan proteger a los diputados hasta que no haya una sentencia firme

es castigada –ahora la causa debería volver al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y, por tanto, si fuera condenada, tendría opción a recurso ante el Tribunal Supremo, recorrido que le permitiría ganar tiempo–. «La sentencia firme la aceptamos como límite, pero hasta que no la haya, la presunción de inocencia y los derechos de los diputados deben preservars­e», recalcó la portavoz de JxCat, Elsa Artadi, ayer, y advirtió de que «como mínimo» hay que «mantener la presunción de inocencia», para no ponerle tan «fácil» al Estado «acabar con la carrera política» de aquellos que le «estorben».

Los problemas judiciales también afectan a otro miembro de la Mesa del Parlament: el secretario tercero, Pau Juvillà (CUP), que está pendiente de juicio por un presunto delito de desobedien­cia por no haber descolgado durante la campaña electoral lazos amarillos de su despacho en el Ayuntamien­to de Lleida. Lo cierto es que esta negociació­n es necesaria para el bloque independen­tista ya que este tipo de circunstan­cias terminaron por entorpecer mucho la pasada legislatur­a y deteriorar­on las relaciones entre Esquerra y JxCat. Este punto es, sin duda, uno de los más destacados en las negociacio­nes para la investidur­a de Pere Aragonès.

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CCLM Imagen del hemiciclo catalán vacío, listo para una nueva legislatur­a que se prevé agitada

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