Lirismos crepusculares bien aderezados
Obra: «Las calatravas», de Pablo Luna. Intérpretes: M. Urbieta-Vega, L. Casariego, L. Tavira, J. Franco, A. Gorrotxategi, E. Faraldo. Director musical: Guillermo García Calvo. Teatro de la Zarzuela de Madrid, 12-III-2021.
Una nueva primicia se ha alumbrado con la selección de esta última zarzuela de Luna, que tras su estreno en Madrid y Barcelona en 1941 y 1942, ha dormido el sueño de los justos. Buena idea la de resucitarla en una revisión musical en la que ha intervenido Juan de Udaeta y que deja al descubierto el estilo suelto del compositor, su conocimiento de los estilos, su habilidad para elegir la instrumentación, su inventiva. La acción, ideada por los libretistas Federico Romero y José Tellaeche, transcurre en el Madrid romántico de 1846 y se centra en las andanzas de Laura, Marquesa viuda del Campo de Calatrava, sus dos hijas, Isabel y Cristina, y cuatro amigas de estas. En busca de una mayor concisión y comprensibilidad, la acción se ha sintetizado y, de la mano de Paco Gámez, se ha colocado a uno de los personajes, Doña Aldonza, como narradora; lo que funciona muy bien, sobre todo porque esa labor recayó en la actriz Emma Suárez, intencionada, irónica, de estilo natural. En su magnífico artículo del programa de mano, Francisco Parralejo nos da las claves de la composición. Describe la entraña musical de los 15 números de la partitura y resalta sus virtudes, que prevalecen sobre los defectos. Música variada, pegadiza, muy bien escrita. «Una creíble y eficaz recreación musical del periodo histórico. Estilo ligero y fluido, extraordinariamente melódico; el más adecuado para recrear la (fútil) historia». Números variados, dos fandangos, valses, polkas, romanzas de signo andaluz, chotis, marchas de inspiración francesa… Y un tema melódico central que aparece en el «Preludio». Se notó que García Calvo quiere la obra. Su gesto bien dibujado, su sentido de las proporciones y el control de un «rubato» elegante beneficiaron una interpretación que alcanzó nota muy alta gracias a unas voces de excelente encarnadura, como la de la de Miren Urbieta-Vega, una lírica plena de timbre bien esmaltado. Canto por derecho, sin fisuras, musical y cercano, que alcanzó mucha altura en su romanza de salida, «¿Me ha perdonado?», con melismas de excelente factura. El ricacho Mariani estuvo en la voz baritonal de Javier Franco, que se lució en su nada fácil y torrencial parte. El tinte oscuro de Andeka Gorrotxategi, su pegada en el agudo, dotado de metal fustigante permitió dar las necesarias notas de bravura al personaje de Carlos Alberto. Penetrante, de emisión restallante y «vibrato stretto», en un papel escaso para su envergadura, Lucía Tavira. Estupenda, elegante, Lola Casariego como La Calatrava madre, y más que suficiente el tenor lítrico-ligero Emmanuel Faraldo como Pepe Aleluya. Cerró el reparto el muy digno tenor del coro López Aldama.