Con Ramos, contra la frontera
El Real Madrid busca pasar los octavos de final de la Champions tras dos cursos cayendo en esta eliminatoria. Llega con ventaja frente a la Atalanta, pero no se fía. El capitán, titular
El gol de Mendy en Bérgamo abrió al Real Madrid media puerta de la clasificación a los cuartos de la Champions. Era un partido para la supervivencia, porque el conjunto de Zidane llegaba con tantas bajas que apenas podía hacer un once. No sólo sobrevivió, también venció. Hoy, el conjunto blanco presenta un plantel más amplio y el tanto allí le da cierta ventaja, aunque no suficiente como para no tomarse el choque como una final, esa expresión tan típica que se repite una y otra vez. «Partimos de cero porque hicimos el partido de ida, pero tenemos el partido de vuelta. Va a ser complicado para nosotros, no hemos hecho nada. Tenemos que mostrar otra vez muchas cosas para pasar la eliminatoria», repetía Zidane, ayer, cuando dejaban de preguntarle por Hazard. Para un equipo que va por LaLiga sin terminar de convencer, con días buenos y muchos de abulia, pasar a los cuartos es un chute de moral que necesita para creer en sí mismo.
Sobre todo porque en las dos últimas ediciones de la Champions, los octavos han sido su frontera y eso ha dejado sendas decepciones en la entidad. Aunque el plan es ganar siempre, son conscientes de que eso es una utopía: el plan real es competir, llegar lo más lejos posible y contra el Ajax y después el City, no se cumplió con eso. Ambas eliminatorias tuvieron algo en común: no estaba Sergio Ramos en el partido de vuelta. Es un poco tramposo decir que ése es el principal factor porque con el central andaluz se perdió la ida en el Bernabéu contra el City. Sin embargo, en la memoria colectiva queda que quizá con él, la vuelta contra el Ajax y la vuelta contra el City, en un partido muy igualado y en el que Varane escribió su noche más oscura, quizá se hubiesen resuelto de otro modo.
Es cierto que con Sergio Ramos el equipo vive más seguro, si es un Ramos en plena forma. Lo parece, pero que Zidane insistiera en tres centrales, es decir que estuviera bien acompañado, en su regreso contra el Elche, no dejó las mejores sensaciones. Nada más ser sustituido, tras jugar el tiempo pactado, el capitán se sentó en la grada con los suplentes y se puso un fuerte vendaje para seguir recuperándose. Nacho ha estado haciendo los mejores minutos de la temporada, pero la presencia del cuatro blanco, por lo que significa para el resto del equipo, se antoja un factor imprescindible.
Y más por la ausencia de Casemiro. Cuando no está Sergio, el brasileño es el que ordena, grita y el que atemoriza a los rivales. Juntos imponen un montón. Si falta uno, lo recomendable es que esté el otro. Sergio Ramos va a jugar y falta por saber cómo recompone el equipo Zidane sin el brasileño: «Lo más importante es que Valverde esté bien y está muy bien ahora», decía Zidane acerca del más que posible sustituto de Casemiro en el centro del campo: «Está recuperado y lo que quiere es estar con el equipo, aportar lo que tiene. Sabemos lo que puede aportar Fede a nuestro equipo», insistió sin dar más pistas acerca de lo que va a hacer. Hubo una época en la que le gustaba poner a Valverde de mediocentro, pero ahora le gusta más situar a Kroos ahí y que Valverde siga de interior que es donde más le gusta y donde mejor rinde. Ahí puede lucir su capacidad atlética y llegar de área a área. El Real Madrid va a necesitar sus pulmones para un partido que se presupone disputado hasta el final.
La ida sirve de poco para ana
lizar lo que puede ser la vuelta. El Madrid tenía muchas bajas y el conjunto italiano se quedó con diez muy pronto. Fue un equipo timorato, muy diferente del que se presume que es.
Zidane espera la «verdadera» Atalanta hoy y busca cómo neutralizarla. Tanto defensivamente como atacando. Hazard tenía pinta de que iba a ser titular y ahora, sin él, hay que buscar a los compañeros de Benzema. Rodrygo parece claro, porque es el joven que mejor pinta tiene esta temporada, pese a las lesiones. En el otro lado, la duda es Asensio o Vinicius. El brasileño da desorden y eso puede ser bueno para hacer dudar al conjunto rival. Asensio no está claro, ahora mismo, lo que da.