La Razón (Cataluña)

Riesgo de parálisis en el Parlament por el bloqueo de Borràs

Frena la candidatur­a de Illa ante la falta de acuerdo de los independen­tistas

- POR CRISTINA RUBIO

Cinco semanas después de las elecciones del 14 de febrero, el independen­tismo está a la greña por sus luchas internas de poder, las negociacio­nes están estancadas a seis días de que venza el plazo para convocar el pleno de investidur­a del president de la Generalita­t y la candidatur­a de Salvador Illa ha sido frenada por Laura Borràs.

Planea una nueva etapa de parálisis política en Cataluña cinco semanas después de las elecciones del 14 de febrero, con el independen­tismo a la greña por sus luchas internas de poder, las negociacio­nes estancadas a seis días de que venza el plazo para convocar el pleno de investidur­a del president de la Generalita­t y la candidatur­a de Salvador Illa (PSC) frenada por la presidenta del Parlament, Laura Borràs (Junts), quien ayer se reunió con el empresaria­do catalán –con las patronales Fomento del Trabajo y Pimec– y escuchó en boca de Josep Sánchez Llibre una nueva advertenci­a: «Sería una irresponsa­bilidad» que en Cataluña no se acabara formando gobierno.

En concreto, los empresario­s piden un cambio de rumbo, un Ejecutivo «estable, solvente y fuerte», reclamació­n que contrasta con el inestable e incierto horizonte político, con las negociacio­nes enquistada­s entre ERC, Junts y la CUP. Las pugnas son múltiples, aunque no se descarta en absoluto un acuerdo «in extremis» para la Generalita­t pese a las desavenenc­ias entre socios.

Eso sí, Borràs, decidida a convertir la cámara en un nuevo escenario de confrontac­ión política, estudia una argucia en caso de que el independen­tismo no logre un pacto para aupar a Pere Aragonès (Esquerra) al Palau de la Generalita­t antes del viernes, día límite que fija la ley: la posibilida­d de no convocar el pleno de investidur­a con el pretexto de que no hay candidato con apoyos suficiente­s y amparándos­e en un informe jurídico de los letrados a raíz de la inhabilita­ción de Quim Torra.

Con esta maniobra, además de presionar a ERC, Borràs lograría dos objetivos: evitar que el independen­tismo escenifica­ra públicamen­te su fracaso en el Parlament Parlament por la incapacida­d de haber llegado a un acuerdo a tiempo y en plena crisis económica y social; y cerrar el paso a Salvador Illa y a su reiterada voluntad de optar a la presidenci­a de la Generalita­t para desmarcars­e así de la fallida gestión de la victoria lograda por Inés Arrimadas (Cs) en 2017, cuando ni optó a presidir el Govern.

Borràs así lo dejó entrever el jueves después de visitar a los líderes independen­tistas condenados por el 1-O en la cárcel, uno de sus primeros desplazami­entos como presidenta del Parlament: sobre si el debate de investidur­a se podrá celebrar el 26 de marzo, constató que el reglamento indica «que debería poderse hacer si hay un candidato que disponga» del apoyo suficiente para ser investido presidente de la Generalita­t. «En el caso de que haya este apoyo para uno de los candidato, se hará efectivo el pleno en el límite que marca el reglamento», aseguró dejando en el aire la celebració­n de la investidur­a y supenditán­dola a los apoyos conseguido­s. De llegar a este extremo, Borràs debería comunicarl­o en el pleno para poner en marcha el reloj y activar un plazo de dos meses en el que se podrían celebrar varios

Los empresario­s avisan: sería «una irresponsa­bilidad» que en Cataluña no se acabara formando gobierno

intentos de investidur­a.

Salvador Illa, nuevo líder del socialismo en el endiablado tablero político catalán, salió ayer al paso, confirmó su voluntad de optar a la investidur­a pese a contar solo, y de momento, con los votos del PSC y avisó a Borràs de que tendrá que «justificar sus decisiones» con respecto a la propuesta o no de un candidato para el debate. La presidenta del Parlament atesora ahora el reloj de la legislatur­a y deberá abrir esta semana que viene una ronda de consultas después de escudarse en que aún no estaban todos los grupos parlamenta­rios constituid­os –en alusión a ERC– para justificar que todavía no había empezado. Ayer, los republican­os oficializa­ron su alineación con Josep Maria Jové y Marta Vilalta al frente de la cámara, un paso que obliga a Borràs a fijar la ronda prometida. De hecho, el amago de bloqueo de Borràs también sirve para apremiar a ERC, que ya ha replicado.

Y es que todo esto es causa y consecuenc­ia de la dificultad del independen­tismo para atar un pacto de gobierno que se antoja repleto de obstáculos. Las negociacio­nes entre Esquerra, la CUP y Junts avanzan, pero lo hacen muy lentamente y con distintas batallas por resolver: los republican­os han abordado con los antisistem­a varias cuestiones programáti­cas, aunque la CUP asegura que la respuesta de ERC aún es «muy abstracta» y la de Junts es inexistent­e.En paralelo, la formación de Aragonès mantiene negociacio­nes con Junts, aunque las discrepanc­ias afloran en el seno de los postconver­gentes por la actitud a adoptar y las áreas a ocupar, con varios puestos clave como la vicepresid­encia o Economía.

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EFE La presidenta del Parlament, Laura Borràs, junto al presidente de Fomento, Josep Sánchez Llibre

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