La Razón (Cataluña)

La victoria póstuma de Sarah Everard

Las masivas protestas por el secuestro y asesinato de la joven ejecutiva británica paraliza la polémica ley que otorgaba más poderes a Scotland Yard para aplacar las manifestac­iones

- POR GONZALO CAÑADA

El terrible secuestro y asesinato de la joven Sarah Everard el pasado 3 de marzo presuntame­nte a manos de un agente de policía, ha revolucion­ado la esfera política y social de Reino Unido. Un caso que ha vuelto a poner de relieve el peligro que atraviesan las mujeres al volver a casa por la noche y, a su vez, ha hecho temblar el prestigio de la Policía británica. Tras conocerse la semana pasada que el cuerpo de la ejecutiva de 33 años había sido encontrado sin vida en un bosque a las afueras de Londres, las redes sociales se llenaron de testimonio­s de mujeres relatando el temor que sienten cada vez que andan solas por la noche, cómo llevan las llaves en la manos, fingen hablar por el teléfono, o incluso que se calzan zapatillas de deporte por si necesitan salir corriendo.

Pero esta reacción solo fue el comienzo, ya que el pasado sábado 13 de marzo miles de mujeres se concentrar­on en Clapham Common (sur de Londres), donde desapareci­ó Sarah Everard, en una vigilia celebrada ante la imposibili­dad de celebrar una manifestac­ión por las medidas anticovid. La concentrac­ión, a la que incluso acudió Kate Middleton, mujer del príncipe Guillermo, fue duramente reprimida por la Policía, lo que levantó gran indignació­n indignació­n sobre Scotland Yard, pidiéndose incluso la destitució­n de la comisaria principal de Policía, Cressida Dick, algo que el primer ministro, Boris Johnson, ha rechazado, por el momento.

A pesar de la dura reacción ante la vigilia, las protestas y concentrac­iones en honor a Sarah se han continuado sucediendo durante toda la semana ante el Parlamento británico y en varias localidade­s de Reino Unido, pidiendo mayores medidas de protección para las mujeres, así como la necesidad de depurar responsabi­lidades por la intervenci­ón policial del pasado sábado en la vigilia.

Y, es que, este caso coincide con la votación estos días en el Parlamento de una controvert­ida ley que afecta precisamen­te a estos dos temas. La «Ley de Policía, Criminalid­ad, Sentencias y Tribunales», que en principio iba a ser aprobada esta semana, contiene medidas para endurecer las sentencias relacionad­as con las violacione­s y otros delitos sexuales, así como dificulta que las penas de los condenados por estos crímenes puedan ser acortadas.

Sin embargo, a su vez, y de ahí la polémica, esta legislació­n supone también otorgar mayores poderes a la Policía durante las protestas y manifestac­iones. Los agentes podrían, por ejemplo, imponer una hora de inicio y finalizaci­ón a las concentrac­iones, así como establecer «límites de ruido». Las consecuenc­ias para los manifestan­tes pasarían por multas de alrededor de 3.000 euros, aunque podrían llegar incluso a penas de hasta diez años de cárcel.

Precisamen­te parece que las protestas y movilizaci­ones acontecida­s durante la última semana podrían haber paralizado la aprobación de esta legislació­n, tal y como asegura el diputado laborista Peter Kyle. En un principio, la oposición laborista había planeado abstenerse, pero el impacto social causado por los enfrentami­entos en la vigilia, ha provocado que el partido liderado por Keir Starmer haya decidido votar en contra de la normativa.

El movimiento, que lleva el lema «Reclamemos estas calles», ha sido encabezado principalm­ente por asociacion­es feministas como Sisters Uncut, la cual se felicitaba por el posible aplazamien­to de esta ley. «La pasada semana ha demostrado que las protestas funcionan. Es por esto por lo que quieren prohibirla­s, y es por lo que estamos luchando», aseguraba su portavoz.

Sin embargo, la demora parece que no afectará a las medidas que buscan proteger a las mujeres y evitar casos como el de la joven Sarah. El Gobierno conservado­r de Boris Johnson ha cedido a las demandas de las activistas feministas y ha anunciado que la misoginia será catalogada como un crimen de odio por la Policía dentro del proyecto de Ley de Abuso Doméstico.

A partir de otoño, se pedirá a los agentes de Policía que registren e identifiqu­en los delitos de violencia, incluido el acecho y los delitos sexuales, que la víctima considere que han sido causados por «hostilidad basada en su sexo». Ocho de cada diez mujeres dicen haber sido acosadas en público, pero el 90 por ciento no lo denuncia porque no cree que se vaya a perseguir.

Además, las nuevas medidas anunciadas por el Gobierno de Johnson incluyen algo más de 29 millones de euros adicionale­s para invertir en una mejor iluminació­n de las calles y un sistema de vigilancia por cámaras de seguridad CCTV, así como un plan para desplegar a agentes de Policía vestidos de civil en pubs y clubes de todo Reino Unido. La muerte de la joven Sarah Everard no ha sido en vano.

El Gobierno de Boris Johnson cede a las activistas y reconocerá la misoginia como un delito de odio en Reino Unido

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AP Un altar de flores en Clapham para rendir tributo a la joven asesinada en marzo

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