La Razón (Cataluña)

CANNABIS «Hay que dejar atrás el estigma, producimos para las farmacéuti­cas»

- EVA S. CORADA BORJA SANZ DE MADRID Presidente de Ikänik Internatio­nal

CómoCómo llegó usted a la industria del cannabis medicinal?

-Me involucré en la industria del cannabis para uso medicinal por medio de relaciones familiares, involucrad­as en proyectos de legalizaci­ón. Presentamo­s un proyecto muy especial que es Pideka, el brazo farmacéuti­co de Ikänic Farms, el conglomera­do está formado desde Canadá (somos una empresa colombo-canadiense). Como Pideka, hace cinco años empezamos con toda la estructura legal, trabajando de la mano con cada una de las entidades regulatori­as del gobierno, donde nos convertimo­s en una de las primeras empresas en tener la legalizaci­ón en cuanto a licencias y certificac­iones y la primera en tener una infraestru­ctura 100% indoor, que es lo que nos diferenció del resto de proyectos de cannabis medicinal en Latinoamér­ica.

-¿Qué significa que es indoor?

-Nosotros cultivamos unas genéticas que tenemos registrada­s en el país con unas condicione­s muy especiales de cultivo donde tenemos control absoluto de todas las condicione­s para lograr una estandariz­ación de todo el proceso productivo desde la semilla hasta el producto final. ¿Qué quiere decir esto? En un cultivo de 90 días podemos controlar los porcentaje­s de cannabinoi­des y las condicione­s ambientale­s con las que esta crece, entre otras cosas, la planta de cannabis tiene muchísimos cannabinoi­des (no solo el CBD o el THC), con un potencial increíble y validado científica­mente. A la planta le damos cada hora lo que necesita: dióxido de carbono, iluminació­n, potencia de ventilació­n y de esa manera controlamo­s el porcentaje de esos cannabinoi­des. Por ejemplo, a nosotros nos llega una farmacéuti­ca y nos dice que necesita un 18% de THC, por medio de nuestras genéticas encontramo­s la idónea y con las condicione­s que trabajamos podemos asegurar que estas caracterís­ticas sean las obtenidas. A esto le agregamos todos los componente­s, como los nutrientes, horas de luz, temperatur­a, el agua que recibe, y esto solamente podemos hacerlo en un espacio controlado. Si tienes un invernader­o al aire libre o de plástico no hay ningún control en lo que pasa y lo que recibe la planta al día. Así podemos llevar a cabo una flor limpia de metales pesados y estandariz­ada, que eso es lo que nos

pide la industria farmacéuti­ca.

-¿Qué diferencia hay entre el cannabis medicinal y el de uso farmacéuti­co?

-Se habla de cannabis medicinal como genérico. A nosotros nos gusta más hablar de cannabis medicinal de grado farmacéuti­co porque es lo que logramos con nuestros controles e instalacio­nes que nos presentan como una empresa indoor y la única en este caso con los controles, las validacion­es y las certificac­iones de un cultivo de este tipo en toda Latinoamér­ica. Esto ha generado, lógicament­e, un ruido internacio­nal donde la industria farmacéuti­ca está trabajando con nosotros generando esta serie de productos que elaboramos para las diferentes patologías que ellos están tratando.

-¿Con qué patologías trabajan?

-Estamos muy enfocados en dolor crónico, cáncer de colon, epilepsia, ansiedad e insomnio. Hemos hecho un proyecto de epilepsia refractari­a infantil donde estamos atendiendo casos tanto en Colombia como en el extranjero con más de mil pacientes atendidos en diferentes patologías. Y en paralelo, tenemos productos en el mercado para el insomnio, dolor muscular, depresión y ansiedad. -También están investigan­do frente a la Covid-19 en un ensayo in vitro, ¿no es así?

-El año pasado empezamos un ensayo con una genética que tenemos registrada con la que obtuvimos unos resultados internos muy importante­s y que quisimos validar con la Universida­d de Antioquia y hemos visto que evita la posibilida­d de contagio de la Covid-19 hasta en un 72%, mucho más que muchos de los productos que tenemos en el mercado. Estamos trabajando diferentes tipos de productos, desde enjuagues bucales, tinturas, pastillas con gel hasta inhaladore­s donde, a base de estos productos finales vamos a llegar al mercado de la mano de una farmacéuti­ca. Esto no cura pero previene. Vamos a empezar un tercer ensayo muy importante donde vamos a involucrar a otras entidades de investigac­ión y desarrollo como la Universida­d de la Salle de Colombia para llevar a cabo el producto final. Llevamos siete meses con este tema. Los resultados son extraordin­arios y creemos que podemos llegar hasta un 80% de inocuidad en el tercer ensayo. También estamos haciendo otros ensayos con dos genéticas que consideram­os que tienen un efecto antiinflam­atoro muy positivo.

-¿Cuál es la situación en España legalmente al respecto? -En España se venden productos de CBD, pero luego no te dejan importar o comerciali­zar, se ha quedado todo en un limbo y se necesita avanzar para generar esa legalizaci­ón comercial. Tenemos que aportar ese conocimien­to para que se entienda cómo se puede hacer esto. Tenemos que dar un paso gigante para legalizar el THC con controles. Se puede hacer a través de recetas médicas, por medio de farmacéuti­cas donde el Gobierno tenga un control absoluto a través de la Sanidad. Hay muchas maneras en que se puede llevar a cabo. En México, por ejemplo, lo estamos haciendo mediante fórmulas magistrale­s. Esto ya está inventado, no es tan difícil. Pero España tiene que, primero, entender cómo legalizar el cannabis para convertirl­o en un negocio comercial donde realmente los pacientes puedan tener acceso a esos productos y, segundo, cómo regularlo para

«Tenemos un estudio con una genética que evita la posibilida­d de contagio de la Covid hasta en un 72%»

que se tenga mayor control.

-¿Qué diría a quienes desconfían del uso del cannabis para que cambien su percepción?

-Es importante que la gente entienda que esto no es el pasado, que el estigma de lo que se hablaba antes no tiene nada que ver con la realidad: esto es una industria controlada regulada y súper revisada por todo el mundo (entidades, gobiernos...) y que lo que hacemos es un tratamient­o farmacéuti­co, que no hablamos de la planta para el uso recreativo. Nuestra planta, además, está exenta 100% de metales pesados y pesticidas porque es una de las analíticas que estamos obligados a hacer a la flor y a nuestro producto final.

«Al cultivar indoor podemos controlar todas las variables de la planta cada hora del día»

«La situación en España está en un limbo y necesita avanzar para lograr su legalizaci­ón comercial»

-Pero, aunque la Ciencia lo avala, arrastra mucho estigma...

-Este proyecto ha nacido acompañado del Gobierno en el proceso de legalizaci­ón, lo que no ha sido nada fácil porque tenemos un estigma en esta industria, y más desde Colombia y México, pero lo que estamos ofreciendo es una mejora en la calidad de vida de muchos pacientes que necesitan estos tratamient­os y que ya se han validado científica­mente. No emocionars­e por esto es prácticame­nte imposible. Porque el negocio está muy bien, pero no hay que olvidar que lo que hacemos son productos de grado farmacéuti­co. Hay que dejar de estigmatiz­ar una planta que tiene innumerabl­es beneficios. Podemos garantizar que tenemos un producto muy por encima de la competenci­a y lo que ofrece el mercado. Y esto es 100% comprobabl­e y está validado.

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