La terapia de Rocío Carrasco
La serie documental protagonizado por la hija de Jurado tras años de silencio se estrenó anoche en televisión y ya desde el primer capítulo ha provocado polémicas
Veinte años de «padecimientos», de terapias y silencios temerosos. Carrasco sorprendió anoche en el documental «Rocío. Contar la verdad para seguir viva» con una confesión llena de dramatismo. Según dijo, pensó en quitarse la vida al no poder soportar más la presión mediática y el maltrato de su ex marido, Antonio David Flores, al que califica como un maltratador egocéntrico y diabólico.
«No me siento maltratada, sino muy maltratada. He tenido miedo a vivir la vida que me estaban haciendo vivir. Pánico a levantarme por la mañana porque no sabía lo que me iba a pasar durante ese día. A eso le he tenido terror, a la incertidumbre de no saber qué te va a pasar». Y justifica su silencio de dos décadas «por terror y para no hacer daño a esos dos niños que son mis hijos… Antonio David me ha querido hundir la vida personal y mediáticamente».
Ayer se emitieron las dos primeras entregas del documental, y su protagonista un día antes pedía a esos retoños con los que no tiene la menor relación «que no vieran el documental hasta que sean más mayores, porque, al final, ellos han sido, y son, víctimas de su padre, y no quiero que sufran. David, mi enano, es un ser feliz, y Rocío no sé si va a sufrir o no…», y se duele de «haber perdido su amor». Dentro de esa terapia revitalizadora, menciona a su actual marido, Fidel Albiac, como «mi terapia, mi apoyo, un corazón abierto sin pedir absolutamente nada. Quien lo conoce sabe que lo que cuento es verdad».
Uno de los momentos más duros de su vida se produjo el 27 de julio del 2012. Ese día se produjo una fuerte discusión entre las dos Rocíos, madre e hija, y la adolescente de quince años, según se indica en una sentencia judicial, propinó a su progenitora «varios golpes, llegando incluso a tirarla al suelo para, posteriormente, seguir golpeándola, dándole varias patadas». Ironías de la vida, había sido la hija la que denunció en un cuartel de la Guardia Civil a su madre por maltrato.
En este sentido, se explica en diferentes informes psiquiátricos, situaciones «de angustia y ansiedad generalizada, depresión con insomnio, ideación mórbida, tristeza, miedos…». Todo un historial de padecimientos que la hicieron tocar fondo.
Un millón de euros
Pero Rocío es consciente de que «para renacer hay que morir, como el Ave Fénix. Quemar las alas empapadas en la inmundicia y dejar que crezcan nuevas alas. Alas de oro, de luz y rocío». Hoy, tras contar su verdad, se siente liberada de los fantasmas del pasado y de los miedos.
Debe ser que la astronómica cantidad, se rumorea que un millón de euros, que le ha pagado Telecinco por abrirse en canal ha ayudado también mucho a esa ansiada liberación. Pero los damnificados y víctimas colaterales de esas confesiones no se piensan quedar con los brazos cruzados, y, en concreto, Antonio David Flores ya prepara una demanda judicial contra la mujer a la que un día le ganó un juicio por acusarle de maltratador. Si la batalla ha sido dura entre las dos partes, la nueva guerra está servida. Y será más dramática que las anteriores.