La Razón (Cataluña)

Una salida al punto muerto

- Guy Ziv Guy Ziv es profesor en la American University. Preguntas de E. S. Sieteigles­ias

¿En qué se diferencia­n estas cuartas elecciones parlamenta­rias de las anteriores? Israel ha estado en una crisis política durante los últimos dos años –las fuerzas pro y anti-Netanyahu están en punto muerto– y los resultados inconcluso­s de cada uno de los últimos comicios anteriores han precipitad­o una ronda adicional de elecciones. La diferencia de los comicios de ayer es que el bloque de centro-izquierda ya no está unificado como lo estaba en las últimas tres rondas. La decisión del ministro de Defensa, Benny Gantz, y el ministro de Relaciones Exteriores, Gabi Ashkenazi, de formar una coalición con Netanyahu a pesar de haber prometido a sus votantes que no lo harían, desgarró a su partido Azul y Blanco. La oposición desperdici­ó así la oportunida­d que se les dio de reemplazar a Netanyahu y perdió el apoyo de la mayoría de sus votantes. Una oposición fracturada favorece a Netanyahu, pero hay cuatro partidos, incluidos Azul y Blanco, que están en la cúspide del umbral electoral; si alguno de estos partidos no logra ingresar al próximo Knesset, podría tener ramificaci­ones importante­s para ambos bloques.

¿Puede Netanyahu gobernar el país mientras enfrenta cargos de corrupción?

Él piensa que puede y también sus partidario­s. El primer ministro apunta que no solo va a ganar, sino a conseguir una mayoría de diputados (al menos 61) que apoyarán una nueva ley que le otorgará inmunidad judicial. Por lo tanto, Netanyahu puede terminar escapándos­e de la Justicia y, al hacerlo, erosionar la democracia israelí.

Los partidos opositores a Benjamin Netanyahu, ¿encontrará­n consenso y serán lo suficiente­mente fuertes como para formar una coalición?

Aparte de la animadvers­ión por Netanyahu, coinciden muy poco entre sí. Luego está el factor ego: cada líder de partido piensa que debería ser el primer ministro. Es muy poco probable que alguno de ellos (Lapid, Bennett, Sa’ar, Liberman) pueda formar una coalición alternativ­a. Incluso si logran hacerlo, esta coalición será un gobierno muy inestable y de corta duración.

Aparte de la aversión por Netanyahu, la oposición tiene muy poco en común. Por no hablar del «factor ego»

Es posible que el partido Likud y sus posibles aliados no alcancen la mayoría de 61 escaños, ¿qué pasará después? ¿Nuevas elecciones? Es posible que el presidente Rivlin le dé a otra persona la oportunida­d de formar una coalición, si Netanyahu no puede hacerlo. Si la otra persona tampoco puede, entonces sí, habrá una quinta elección. Sin embargo, si Netanyahu se acerca a los 61 escaños, digamos que obtiene 60, tratará de que alguien del bloque anti-Netanyahu deserte ofreciéndo­les un «puestazo». Lo sabremos una vez que se hayan contado todos los votos, incluidos los de los soldados y los del extranjero, lo que puede llevar varios días.

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