La Razón (Cataluña)

La vacuna salva ya la vida de 500 mayores de 80 años

Un análisis detecta una caída de la mortalidad en las personas de más edad en febrero, cuando ya se habían puesto las dos dosis

- Sergio Alonso -

España está a punto de cumplir los tres primeros meses de vacunación contra la Covid-19 y el impacto de esta histórica campaña sobre la contención del virus todavía es difuso. El Ministerio de Sanidad ya ha asegurado en varias ocasiones por boca del director del Centro de Coordinaci­ón de Alertas y Emergencia­s Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, que ha empezado a notarse un descenso en la mortalidad de los mayores institucio­nalizados, el primer grupo de riesgo al que se inmunizó con las dos dosis de los sueros de Pfizer. Sin embargo, aún no hay cifras oficiales sobre las vidas que han podido salvar las vacunas en este grupo de edad.

Una de las primeras aproximaci­ones al respecto viene del lado de la estadístic­a. El economista Francesc Pujol, seguido en la red social Twitter por centenares de sanitarios por la fiabilidad de las proyeccion­es que ha realizado a lo largo de la pandemia, ha efectuado un primer análisis y llega a la conclusión de que desde febrero de 2021 el número de fallecidos que se ha evitado en nuestro país podría ser de 515 personas.

Para llegar a esta cifra analiza los datos de fuentes oficiales como el Instituto de Salud Carlos III. Pujol utiliza como punto de referencia para su análisis el porcentaje de muertos semanales por Covid-19 de mayores de 80 años sobre el total de fallecidos por esta enfermedad.

Según apunta, desde inicios de junio hasta finales de septiembre de 2020 se contabiliz­an 3.524 decesos. Desde octubre de 2020 hasta el pasado 17 de marzo se reportan 39.551. Su análisis revela asimismo que los fallecidos por semana se distribuye­n de la siguiente forma: un máximo de casi 2.000 en la segunda ola, a mediados de noviembre, y un pico de 3.300 en la tercera, en febrero. Los mínimos, apunta, han estado poco por debajo de los 1.000 fallecidos por semana.

Lo siguiente que hace Pujol es evaluar el peso que tienen en los fallecidos totales las personas de 80 o más años, y el análisis de los datos conduce a la conclusión de que éstos han representa­do más o menos hasta mediados de enero –la fase de prevacunac­ión– entre un 65 y un 70% del total. La media del periodo evaluado alcanza en concreto el 66,2%, lo que equivale a decir que dos de cada tres fallecidos antes de que la inmunizaci­ón empezase a producir efecto tenían 80 o más años.

Se trata, afirma, de una tasa similar a la sufrida en la primera ola que transcurri­ó entre los meses de marzo y abril de 2020, pero no la incluye en el análisis por los problemas de contabiliz­ación de los datos que se sufrieron en esta fase inicial de la pandemia. Pujol detecta que el porcentaje de fallecidos de más edad con respecto al número de muertos totales desciende del 60% a finales de febrero de este año, y cae por debajo del 55% en la última semana disponible, ya en marzo. Este periodo coincide con la generaliza­ción de la vacunación en el interior de las residencia­s de mayores.

De acuerdo con las estadístic­as oficiales, el 1 de febrero se habían administra­do ya 1,6 millones de dosis de Pfizer y Moderna. El 1 de marzo la cifra alcanzaba los 3,8 millones de dosis, de las cuales al menos tres millones se habían destinado a personas de más de 80 años. El factor diferencia­l de este periodo con respecto a otros anteriores es, precisamen­te, la campaña de inmunizaci­ón masiva en España y en otros países europeos que se inició en las residencia­s de ancianos. Sus ocupantes han soportado desde que arrancó la pandemia de Covid-19 la mayor tasa de letalidad de todas las franjas de edad.

Pujol analiza la situación para comprobar si el peso de los fallecidos de más de 80 años sobre el total no se hubiera modificado y obtiene el resultado de que la tasa se habría mantenido durante lo que llevamos de año en el 66%. El economista compara la variación de personas fallecidas de más de 80 años en cada semana con respecto a la cifra que se tendría si en esa semana supusiera el 66% de todos los fallecidos.

Según subraya, oscila entre +-40 personas por semana hasta mediados de febrero, con la excepción de 94 en la última semana de enero, y se rompe esa franja a la baja a partir de entonces, con caídas notables y constantes.

«Los datos indican que desde finales de febrero la disminució­n de fallecidos de más de 80 años supone una caída de más del 10% semanal en fallecidos, y que llega al 17% en la última semana». Este cambio de tendencia muestra que 515 personas han podido salvar la vida en este corto periodo de tiempo.

En su análisis, Pujol intenta evaluar la presencia de otros factores. Según señala, la proporción de fallecidos de más de 80 años pasa de una media semanal de más de 700 en enero de 2021 a menos de 50 en marzo. Se trata, de una caída sin proporción alguna con la que se ha experiment­ado para el conjunto de todas las edades, de más del 95%. ¿Puede deberse al frenazo de los contagios? No, porque si fuera el factor principal, la caída de fallecidos de más de 80 años tendría que haberse producido desde octubre de 2020. ¿Puede deberse al blindaje del interior de las residencia­s en Navidad? Tampoco, responde, porque entonces no se habría producido el repunte de contagios y decesos que se registró en el mes de enero de este mismo año.

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