El Papa lanza un ERTE para los cardenales
Francisco recorta un 10% el sueldo que perciben los purpurados de la Curia
La crisis económica derivada de la pandemia también golpea al Vaticano. Con los Museos Vaticanos cerrados, una de las principales fuentes de financiación para la Santa Sede, las finanzas se resienten. Por eso el Papa ha adoptado una medida drástica para apuntalar una economía de guerra. Francisco baja el sueldo a los empleados del Vaticano de forma progresiva.
Los más afectados son los cardenales, que pierden un 10% de su salario; para los jefes de los dicasterios disminuye un 8%; y un 3% para el resto de religiosos. Los únicos que se salvan de la quema son los laicos, como los empleados de los comercios que operan intramuros.
La decisión viene recogida en un Motu proprio (decreto vaticano), publicado ayer y que entrará en vigor el 1 de abril. La intención es «tomar medidas para la contención de gastos para el personal de la Santa Sede, la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano y otros organismos relacionados».
La Santa Sede justifica este extremo para garantizar que no haya despidos. A cambio, el Vaticano entra en ERTE, al menos hasta marzo de 2023, cuando expira la reducción de sueldos.
Francisco ya ha reconocido en otras ocasiones que existe hipertrofia en algunos departamentos vaticanos, aunque antes de aprobar ceses ha apostado por recolocar trabajadores. Esta última medida supone la última vuelta de tuerca en su intención de racionalizar el gasto y sanear las finanzas vaticanas, en un estado más frágil que nunca. Los ingresos se han ido reduciendo paulatinamente en los últimos ejercicios. Se espera que el presupuesto para 2021 sea el más restrictivo de los últimos años, con una deuda que supera los 50 millones de euros.
Esta decisión vino acompañada de importantes nombramientos en la estructura vaticana. Francisco nombró también ayer a la monja italiana Alessandra Smerilli, profesora de Economía Política en la Pontificia Facultad de Ciencias de la Educación Auxilium de Roma, subsecretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral para el sector de la Fe y Desarrollo. La conocida como «monja economista» ya formaba parte de este órgano como coordinadora del Grupo de Trabajo de Economía de la Comisión Vaticana para el Covid-19, creada por Bergoglio. Su ascenso es un paso más en el progresivo reconocimiento de las mujeres en puestos de responsabilidad que se lleva produciendo durante el pontificado.
El otro gran nombramiento del día fue el del chileno Juan Carlos Cruz como miembro de la Comisión de Protección de Menores del Vaticano. Superviviente de abusos, periodista y activista por los derechos del colectivo LGTBI, Cruz fue uno de los rostros visibles tras la crisis producida por los escándalos de pederastia en Chile y durante la importante cumbre sobre la materia celebrada en el Vaticano en 2019. Juan Carlos Cruz pasó de denunciar los abusos en su país a convertirse en un importante aliado del Papa.