PSOE y Cs arrebatan la alcaldía de Murcia al PP
Tras la operación fallida en el Gobierno regional y en Castilla y León
Murcia, de nuevo, volvió a centrar las miradas de todo el panorama político nacional al convertirse en el «laboratorio» de los experimentos de PSOE y Ciudadanos. La ofensiva iniciada con sendas mociones de censura en el Gobierno regional y el Ayuntamiento de Murcia, en una maniobra de reparto de poderes (Cs al Gobierno y PSOE a la Alcaldía), fracasó en una primera instancia la semana pasada, pero ayer se cobró a su primera víctima. El alcalde del PP, José Ballesta, el conocido como «el alcalde más votado de España», tuvo que abandonar la vara de mando al prosperar la moción que presentaron Cs, PSOE y Podemos contra el Gobierno municipal. «Se trata de un plan ideado por personas lejanas a quienes no les importa nada ni Murcia ni los murcianos». Así lo lamentaron miembros del PP cercanos al alcalde en la que han bautizado como «Operación Moncloa», un plan urdido entre Pedro Sánchez e Inés Arrimadas, y que situará a Murcia como la primera institución en la que la líder naranja deberá entenderse con Pablo Iglesias.
La incertidumbre, además, ha marcado estos últimos días la actualidad regional, ya que después de la fallida moción contra el Ejecutivo murciano, todas las miradas estaban puestas en los concejales de Cs por si alguno de ellos se arrepentía y votaba a favor del actual gobierno del PP.
De hecho, la propia coordinadora autonómica, Ana Martínez Vidal, anunció que los cuatro ediles naranjas habían tenido que «aislarse» en los días previos a la votación para evitar las interferencias del PP para que no sucediese lo mismo que con los tres díscolos del Parlamento que votaron en contra de la moción.
Pero no hubo sorpresas. 15 votos a favor y 14 en contra fueron suficientes para poner punto y final a un «gobierno de estabilidad».
Ballesta, por su parte, aseguró abandonar la Alcaldía, en la que ha estado desde 2015, «sin resentimiento», y recomendó al futuro alcalde, José Antonio Serrano (PSOE), sentir el enorme peso y orgullo de la responsabilidad».
El ya exalcalde recibió todo tipo de respaldo por parte de su partido. El propio Pablo Casado, el secretario general Teodoro García Egea, y el presidente murciano Fernando López Miras alabaron la gestión de Ballesta durante los últimos años y criticaron esta maniobra política con la que tanto Cs, como PSOE y Podemos «se han repartido la Alcaldía en plena pandemia y crisis económica».
La portavoz municipal del PP, Rebeca Pérez, basó toda la estrategia puesta en marcha por Cs en un «circo de bulos e insidias» cada vez más frecuentes en la política actual y que, según dijo, «tienen en Pedro Sánchez su máximo exponente». Incidió en que esta moción de censura llegaba en el peor momento momento posible, en medio de una pandemia. «Ahora no, así no. Ustedes han arrojado las papeletas de los murcianos por el sumidero y han tirado de la cadena si pudor», dijo antes de llamar cómplices a los miembros de la formación naranja de un «PSOE carroñero que se aprovecha de un Cs en descomposición».
Tras 26 años de gobiernos del PP, los socialistas han vuelto a la Alcaldía de Murcia tras perderla en las elecciones de 1995. Se abre en la capital del Segura un nuevo tiempo de un gobierno a tres bandas que rompe las relaciones con el Ejecutivo regional, y que marcará grandes diferencias entre ambas gestiones. Al menos, así será durante los próximos dos años.