El demócrata confirma que irá a la reelección
En su primera rueda de prensa desde que llegó a la Casa Blanca, Biden promete solucionar la situación de los niños en la frontera
El presidente de EE UU, Joe Biden, ha doblado el objetivo de personas vacunas durante los primeros 100 días de su presidencia. Si antes habló de 100 millones, que se lograron en apenas 58 días, ahora serán 200 millones. Son unas cifras imponentes, que llegan mientras Estados Unidos rebasaba el cabo de los 540.000 muertos atribuidos al covid-19. Esto significa que todos los adultos de Estados Unidos podrán ser elegibles para vacunarse antes del 1 de mayo. A diario se vacuna a 2,5 millones de personas. Más de un cuarto de la población ha recibido al menos su primera dosis y el porcentaje de ciudadanos completamente vacunados es del 14%. Sus palabras llegaron durante su primera conferencia de prensa. Cumplidos ya los dos meses de aniversario, 65 días, en la Casa Blanca. Había ganas de escucharle delante de los periodistas, sin relatos guionizados ni cuestiones filtradas.
Crisis migratoria
El otro gran frente, la situación en la frontera, ha consumido parte de la intervención. Biden criticó severamente la situación de los niños, hacinados en los centros de detención de inmigrantes. Prometió que su Gobierno «actuará con urgencia». «Vamos a sacar a mil de esos niños rápidamente. Para eso he estado trabajando desde el momento en que esto comenzó, para que los niños puedan vivir de manera segura». Entiende que a pesar de la situación, caótica, el problema puede solucionarse.
A Biden también le preguntaron por la ley que acaba de aprobar Georgia, donde los legisladores votaban con la idea de endurecer los requisitos y controles para poder votar. El presidente citó las leyes Jim Crow, estandarte y soporte de la segregación hasta mediados del siglo XX. Comentó que las medidas para limitar el voto son «antiamericanas». «Voy a hacer todo lo que esté en mi poder para evitar que eso se convierta en ley», añadió.
La ley de Georgia exigirá una identificación oficial para votar en ausencia, en un Estado donde las diferencias socioeconómicas son recias y donde los votantes más pobres, generalmente negros, tienen problemas para cumplir con ciertos requisitos. Hay cientos de proyectos similares en todo el país. Aunque tanto los servicios secretos como los encargados de velar por la ciberseguridad y los secretarios de los diferentes Estados aseguraron que las elecciones de 2020 fueron unas de las más limpias y seguras de la historia de los Estados Unidos.
Limitar el voto
Los demócratas denuncian que la apuesta, defendida para evitar teóricos fraudes, suena más a una ofensiva para estrangular el caudal de votos de los más desfavorecidos. Los demócratas del Congreso quieren crear un registro a nivel nacional. Pero no está claro que pueda salir adelante. Todo esto mientras los dos partidos toman posiciones de cara a las elecciones de 2022, que viene cargado de comicios al legislativo.
Por si hubiera alguna duda respecto a su disposición, Biden dejaba claro que espera presentarse dos años más tarde, en 2024. La reelección, entonces, no es ya una hipótesis de campaña. Quién sabe si entonces no volverá a enfrentarse con Donald Trump, que sigue sin despejar las dudas al tiempo que destacados miembros de su gobierno, como el ex vicepresidente, Mike Pence, y el ex secretario de Estado, Mike Pompeo, barajan sus propias aspiraciones a la Casa Blanca.
Al presidente le preguntaron por Corea del Norte y advirtió de que la dictadura asiática debería de pensarse sus próximos pasos y no persistir en las provocaciones. Aseguró que el gobierno de Estados Unidos está en contacto con todos sus socios para determinar la respuesta más eficaz posible si el régimen de Pyongyang sigue empeñado en su carrera de propaganda. «Habrá respuestas si optan por escalar», dijo.
Había bulimia por escucharle sin teleprompter ni papeles, lejos de los discursos oficiales, una hora mano a mano con los reporteros. No defraudó. Demostró que los presidentes saben brillar.