La Razón (Cataluña)

Cañadío o la alegría del estómago

- POR ANDRÉS SÁNCHEZ

¡Cómo apetece que nos reconforte­n en una casa de comidas tan honesta y directa como Cañadio! En la célebre plaza santanderi­na del mismo nombre, bulliciosa y veraniega, desde 1981, Paco Quirós con su eterna socia Teresa Monteoliva, ha practicado una cocina de línea clara, de producto de raíz profunda en la Tierruca y de gustosa presentaci­on burguesa. Tres décadas más tarde, decidió asaltar la capital. Y comenzó junto a otros cómplices una historia de éxito inagotable, cuya penúltima parada se llama La Maruca, en la Castellana. Su secreto es más asequible que la fórmula de la Coca-Cola, pues descansa en un riguroso trabajo que equilibra sala y cocina, en una búsqueda por lo que ofrece la mar hasta límites obsesivos, y la bonhomía de todas sus casas. Esa difícil facilidad que tienen todos los grandes, esa humanidad irónica del propio Paco, cuya mirada es larga y concentrad­a como la de los cántabros. Todo empezó en Cañadio, y en su versión madrileña todo cobra sentido. Después de muchas andanzas, da placer sentarse en una mesa de este restaurant­e a triunfo cantado, de equilibrio casi imposible entre los precios y la calidad indiscutib­le de lo que se va despachand­o. Ayuda a ello un servicio medido como un reloj.

Apabulla una carta que ofrece una larga veintena de delicias saladas y media docena de dulces. No caigamos en el panegírico fácil, pero la anchoa de Santoña evidente, la golosa croqueta de chorizo, infalibles rabas de la casa, el pudín de cabracho homenajean­do a Juan Mari Arzak, plato que hace tiempo huyó de nuestros restaurant­es, son algunas pinceladas perfectas. Todo para prologar la hamburgues­a de bonito, el buen tartar de atún, y especialme­nte la merluza que «de delante a atrás», desde el cogote al suave buñuelo, alcanza el climax. Para comilones más dosis directas, como los callos, rabo, solomillos o un «steak» escolástic­o. Memorable la alcachofa en salsa verde con cocochas. Querer comer y no pegar un petardo es la marca de la casa. Querer atrapar la belleza de la vida sin sobresalto­s, la receta de Paco Quiros.

Cocina: 8 Bodega: 7 Sala: 8 Felicidad: 9

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Siempre apetece disfrutar de los buenos productos de Cañadío
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Tel.: 912 81 91 92. restaurant­ecanadio.com
Dónde: Conde de Peñalver, 86. Madrid. Tel.: 912 81 91 92. restaurant­ecanadio.com
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