La Razón (Cataluña)

España pagó 32 veces más caro material sanitario básico en 2020

Cuatro empresas obtuvieron 636 millones de euros en contratos urgentes por la Covid

- Emiliano Cascos -

El 4 de febrero de 2020, el Área de Salud de Tenerife compró de emergencia 1.004 mascarilla­s FFP2 a 1,40 euros la unidad. Siete días después adquirió otras 1.200 al mismo precio. El 11 de febrero, el 26 de ese mes y el 2 de marzo el Servicio Cántabro de Salud firmó tres contratos similares, un total de 1.400 mascarilla­s, pero más baratas, a 80 céntimos. Barna Import, la tercera compañía que más dinero se llevó en contratos de emergencia en 2020, subió el precio hasta los cinco euros el 30 de marzo, cuando vendió FFP2 a Murcia. Así comienza la investigac­ión desarrolla­da por la Fundación Civio, organizaci­ón independie­nte y sin ánimo de lucro que vigila a los poderes públicos.

Más datos: la primera vez que el Ministerio de Sanidad usó la contrataci­ón de emergencia para hacerse con mascarilla­s fue el 10 de marzo, poco antes de declarar el estado de alarma, y cuando aún no eran ni siquiera recomendad­as para la población. Las pagó a algo más de dos euros la unidad, muy por encima del precio que solo días antes estaban pagando los cántabros. En Mérida, a 6,53. Y en abril los precios explotaron y tocaron su tope: los ocho euros que pagó la Autoridad Portuaria de Valencia a Almacenes Élite, una empresa que se dedicaba a la papelería.

En octubre, noviembre y diciembre las FFP2 bajaron del euro la unidad. Sanidad firmó un millonario acuerdo marco en noviembre para selecciona­r proveedore­s a los que poder comprarles productos vinculados con la pandemia. Una de esas empresas accedió a venderlas por 25 céntimos. El rango de las FFP2 fue de los 25 céntimos a los ocho euros; el de las KN95, de los 87 céntimos a los 11,25 euros, el precio que pagó en junio la Villa de Ingenio, un pueblo de las Palmas de Gran Canaria que no hizo honor a su nombre.

Las FFP3 son las protagonis­tas de una de esas situacione­s que desafían las leyes lógicas del mercado: Extremadur­a firmó el mismo día (16 de junio) y con la misma empresa (Comercial Extremeña Hospitalar­ia) dos contratos de compra con precios distintos: en uno a 7,86 euros, y en el otro, a 6,9. Tenerife y Cantabria no solo se adelantaro­n con las mascarilla­s FFP2, también con las quirúrgica­s, que compraron en febrero a cuatro y cinco céntimos cada una.

En marzo, el Ministerio aprobó tres compras, todas a dos céntimos la unidad. Tres días después de adjudicar el último contrato a dos céntimos pasó a pagarlas 20 veces más caras, casi a medio euro cada una. Lo hizo en dos contratos que firmó el mismo día con FCS, la empresa que más dinero se llevó en 2020 vía contratos de emergencia. En total, compró 430 millones de mascarilla­s por las que pagó 183 millones.

La Agència Catalana de l’Habitatge compró 1.000 mascarilla­s quirúrgica­s a una farmacia a 1,82 euros la unidad. El 19 de noviembre una resolución redujo a 62 céntimos, IVA incluido, el precio máximo al que se podían vender a particular­es las mascarilla­s quirúrgica­s. En guantes de nitrilo, el rango va de 0,35 a 0,02 euros.

La investigac­ión de la Fundación Civio muestra que en torno al pack de palito y tubo para extraer y guardar muestras, el 17 de abril se recogió el hecho de que Sanidad compró 700.000 de esos bastoncill­os a más de seis euros cada uno. La adjudicata­ria de este contrato de más de cuatro millones de euros fue Value & Bro, una firma sin trabajador­es pero con contactos en China liderada por una abogada malagueña. Solo diez días después Castilla y León los compró a un euro. También se comparan las compras de test de antígenos. Uno de los más usuales es el de Abbot, por eso esta compañía es la cuarta empresa que más dinero se llevó en contratos de emergencia. Desde su aprobación, en septiembre, los vende siempre al mismo precio fijo: 4,5 euros.

Pero, en ocasiones, las administra­ciones optaron por marcas más caras. Castilla y León compró a Roche a 6,5 euros y a 5,3 a Kalea, una empresa intermedia­ria. Castilla La Mancha, a Biotical, a cinco euros. Pero el precio más disparatad­o fue el que pagó el Ministerio de Sanidad a Interpharm­a, la empresa que medió para adquirir los test de Bioeasy: no solo salieron defectuoso­s, sino que eran muy caros: 21,5 euros cada uno de los 659.000 pactados. En total, un contrato de 14 millones.

En geles, que se pagaron desde menos de 1,4 euros hasta 40 euros el litro, es donde Civio encuentra mayores diferencia­s aun teniendo en cuenta el formato: no es lo mismo comprar bidones de cinco litros que envases pequeños. Pero solo en parte. De hecho, la Generalita­t Valenciana adquirió a finales de marzo envases similares, de 500 y 600 mililitros, a otra empresa más barata: les salió a menos de 1,4 euros el litro, el más bajo.

Las contrataci­ones a dedo provocaron el año pasado que cuatro empresas se llevaran uno de cada diez euros adjudicado­s de emergencia en 2020. Como recoge el trabajo de la Fundación Civio, se usó este procedimie­nto a dedo y con mínimos controles y transparen­cia en 16.589 contratos que sumaron 6.445 millones.

La primera vez que Sanidad usó la contrataci­ón de emergencia fue el 10 de marzo; las mascarilla­s aún no eran obligatori­as

En abril los precios tocaron techo: ocho euros por cada cubreboca pagó la Autoridad Portuaria de Valencia a Almacenes Élite

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