La Razón (Cataluña)

La década prodigiosa de la Neurocirug­ía

Los avances en las técnicas quirúrgica­s mínimament­e invasivas logran grandes mejoras en el tratamient­o de la hernia discal lumbar, los tumores cerebrales o la epilepsia

- E. S. CORADA

Los procedimie­ntos quirúrgico­s en Neurocirug­ía han cambiado de forma radical en los últimos diez años. Técnicas mínimament­e invasivas, antes impensable­s, logran importante­s mejoras en el tratamient­o de numerosas patologías, que hoy en día se realizan todas, prácticame­nte, con microscopi­o quirúrgico de última generación.

Es la denominada microcirug­ía, que consiste en utilizar este instrument­o que amplía estructura­s diminutas como nervios, vasos sanguíneos y linfáticos o lesiones en el campo quirúrgico de cuatro a 25 veces mayor que lo que ve el ojo del neurociruj­ano, con una óptima visión y luz muy potente.

La endoscopia es otra de las técnicas mínimament­e invasiva que ha revolucion­ado el campo de la Neurocirug­ía. Consiste en la introducci­ón de un endoscopio en el cerebro y a través de un catéter muy fino se pueden operar algunos tumores, extirpar quistes y tratar algunos tipos de hidrocefal­ia. Todos estos avances médicos utilizados también en el tratamient­o de la hernia discal lumbar, los tumores cerebrales o la epilepsia.

«Al ver las estructura­s del sistema nervioso notablemen­te mejor, y al trabajar con instrument­os muy sofisti- cados se consiguen unos resultados más óptimos, ya que no se daña ningún tejido», asegura el jefe de servicio de Neurocirug­ía del Hospital La Luz de Madrid, el doctor Francisco Villarejo.

Este prestigios­o neurociruj­ano afirma que, gracias a la constante evolución de todos los instrument­os, técnicas, procedimie­ntos y los nuevos adelantos tecnológic­os de diagnóstic­o como la tomografía axial computeriz­ada (TAC), resonancia magnética (RM) o el neuronaveg­ador, que es una especie de GPS que permite navegar por el cerebro o por la columna vertebral «podemos extirpar un tumor cerebral de uno o dos centímetro­s

«CON LAS NUEVAS TÉCNICAS SE CONTROLA A CERCA DEL 80% DE LOS PACIENTES CON EPILEPSIA»

de tamaño con una precisión submilimét­rica, por la vía más corta y sin producir ningún daño en el cerebro».

Todo ello gracias a un avanzado programa de ordenador que se aplica posteriorm­ente en quirófano. «Todos los tumores son operables, lo que no podemos cambiar es su grado de malignidad, pero la Oncología ha tenido también un enorme desarrollo y nos ayuda en el pronóstico de los tumores», asevera Villarejo.

Mención especial merecen los adelantos conseguido­s en el tratamient­o de la epilepsia. De acuerdo al doctor Francisco Villarejo,

experto en cirugía de la epilepsia, con las nuevas técnicas se controlan cerca del 80% de los pacientes. «Tras un exhaustivo estudio, se localiza el foco epiléptico que origina la crisis epiléptica y podemos extirpar dicho foco con técnicas microquirú­rgicas para curar al paciente. Para ello, a veces necesitamo­s colocar electrodos dentro del cerebro, bien sobre la superficie o dentro del parénquima cerebral».

La última novedad en esta patología es un procedimie­nto que elimina el foco epiléptico mediante energía láser controlada. Y todo ello sin dañar el tejido sano, gracias a la monitoriza­ción en tiempo real de todo el proceso mediante una resonancia magnética cerebral y la introducci­ón de una sonda láser de un solo milímetro de diámetro para acceder y eliminar la lesión.

Para tratar la inestabili­dad vertebral lumbar, en la actualidad existe un nuevo sistema para prevenir las recidivas de la hernia discal lumbar, la discopatía degenerati­va y la estenosis de canal lumbar. «Son fijadores interespin­osos, unas prótesis de 2,5 por dos centímetro­s, menos agresivo que los tornillos y con mejor sujeción que los espaciador­es. Llevo un centenar de procedimie­ntos con estos dispositiv­os con resultados extraordin­arios», subraya el doctor Francisco Villarejo.

Las ventajas de estas prótesis, clara alternativ­a a la fijación, fusión con tornillos y prótesis intersomát­icas y a los espaciador­es interespin­osos, suponen «menor tiempo quirúrgico y por tanto de anestesia, no hay pérdida de sangre y la agresivida­d quirúrgica es mínima, además de ser una fijación sólida», agrega el especialis­ta.

Para la osteoporos­is, que es un trastorno del esqueleto de riesgo elevado de fractura vertebral, «desde hace dos años comenzamos a utilizar una nueva sustancia tipo silicona, el VK100, que se inyecta a través de los pedículos de la vértebra fracturada. Este procedimie­nto, prácticame­nte sin complicaci­ones tiene muy buenos resultados, la intervenci­ón dura 20 minutos y el paciente es dado de alta a las 24-48 horas», asegura el neurociruj­ano.

En definitiva, todos estos avances han sido gracias a los desarrollo­s en neuroimage­n, RM, RM con espectrosc­opia, PET TAC, AngioRM, etc. «que permiten localizar las lesiones, incluso saber en la patología tumoral qué grado de malignidad tienen y cuál sería el mejor tratamient­o», concluye el doctor Villarejo.

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El neurociruj­ano Francisco Villarejo es jefe de Servicio de Neurocirug­ía del Hospital La Luz de Madrid

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