CaixaBank plantea un ajuste de 8.291 empleados
La entidad financiera anuncia el cierre de 1.534 oficinas
La dirección de la nueva CaixaBank surgida tras la integración de Bankia presentó ayer a los sindicatos su plan de reestructuración que pasa por recortar su plantilla en 8.291 personas, un 18,67% del total de empleados del banco en España. Tras la fusión, CaixaBank cuenta en España con 44.400 empleados, sin contar personal de las filiales, que no están afectadas por el ajuste.
Según explicó en un comunicado, la entidad ve necesario poner en marcha un ERE por «motivos productivos y organizativos, dadas las duplicidades y sinergias derivadas de la fusión y las circunstancias del mercado».
El banco ha descartado las prejubilaciones y tratará de que las salidas se produzcan con arreglo a la máxima voluntariedad y la meritocracia. En este sentido, explicó que la voluntariedad será el criterio preferente de las salidas, «aunque siempre teniendo como límite máximo el cupo de excedente identificado en cada territorio o área funcional y estableciendo medidas que eviten el desequilibrio generacional». Por ello, plantea que el porcentaje de personas trabajadoras mayores de 50 años que se adscriban voluntariamente al plan de bajas no pueda superar el 50% del total de salidas. El segundo criterio será el de la meritocracia «tras la aplicación de la voluntariedad que garantice el equilibrio generacional», añadió.
Durante la reunión, CaixaBank planteó también la propuesta de indemnización para las extinciones de contrato y trasladó el «compromiso de la entidad con un plan de recolocación y acompañamiento de todas las personas afectadas para facilitar su incorporación y adaptación a un nuevo puesto de trabajo». La dirección también presentó una propuesta de «cambios en las condiciones laborales para avanzar hacia un marco de condiciones sostenible y unificado, independientemente de la entidad de procedencia de cada empleado». Se trata, explicó, «de la unificación de medidas relacionadas fundamentalmente con aspectos complementarios de la remuneración y la previsión social, así como cuestiones vinculadas a la flexibilidad necesaria para avanzar en el modelo de negocio y mantener la sostenibilidad de la red rural». Hasta que sea aprobado, los empleados de la entidad mantendrán las que tienen en la actualidad.
La entidad también propone el cierre de 1.534 oficinas en España, un 27,2% de su red, formada por 5.639 sucursales. Los criterios para su cierre se basarán en el tamaño del municipio y competencia bancaria en la plaza; la distancia entre oficinas de ambas entidades; la cuota de presencia y solapamientos; evitar la exclusión financiera y potenciar oficinas de mayor tamaño y especialización.
La propuesta de CaixaBank ha sido acogida con escepticismo por los sindicatos. CC OO y UGT tildaron de «salvaje» el ERE y no descartan movilizaciones si la entidad se mantiene firme en las condiciones planteadas ayer.
A pesar de las quejas sindicales, la propuesta de la entidad ha recibido el apoyo del Gobierno. La ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, defendió que, de no haberse producido la fusión, ambas entidades habrían realizado ajustes por separado superiores al planteado.