La utilización de las amenazas
se siente más víctima que personas que sufrieron el horror de ETA como Ortega Lara o tantos dirigentes del PP o de Vox que malvivieron durante décadas con una diana en la espalda.
Lo que está sucediendo me resulta impúdico y la actitud oportunista de algunos dirigentes del PSOE es tan triste como lamentable. Nunca he contado algo que viví y me impresionó. En la campaña del 96 propuse que en uno de los folletos se incluyeran las imágenes del atentado que sufrió Aznar y se negó porque el terrorismo no se podía utilizar políticamente. Por cierto, lo mismo dijo de una imagen suya con el rey porque no se podían utilizar las instituciones en beneficio propio. En ocasiones he discrepado del que sería un gran presidente del Gobierno, pero me sentí orgulloso de votar a un político capaz de mostrar esa altura y dignidad. Le habían intentado asesinar, pero entendía que no vale todo para conseguir votos. Esta integridad, al margen de ideologías, es lo que tenemos que esperar y exigir de los políticos que nos tienen que representar. No me parece ético lo que están haciendo, porque es mezquino y no les dará resultado. Esta sobreactuación, cuando saben que no estamos hablando de ETA sino de desequilibrados o provocadores, muestra que se sienten tan inseguros como desesperados. El centro derecha no tiene nada que ver con la gentuza que ha mandado esos sobres que, por cierto, no han sido detectados por Correos que es una empresa que controla el gobierno.