La Razón (Cataluña)

El ex vicepresid­ente dice que el acoso afectó a su trabajo

Declaró al juez que las protestas en su vivienda interfirie­ron en su labor

- Ricardo Coarasa -

Pablo Iglesias e Irene Montero aseguraron al juez que investiga el supuesto acoso a su vivienda por parte de un vecino de Galapagar (Madrid), que sintieron «miedo» por las protestas de Miguel Ángel Frontera –sobre el que pesa en la actualidad una orden de alejamient­o de 500 metros del chalet– y que éstas afectaron a su trabajo en el Gobierno.

El ahora candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid dijo al titular del Juzgado de Instrucció­n número 1 de Collado Villalba que las protestas le generaron «estrés», negando que puedan equiparars­e con los escraches.

«¿En sus funciones como vicepresid­ente vicepresid­ente le está afectando de alguna manera?», le preguntó el juez en esa declaració­n por videoconfe­rencia del pasado 28 de diciembre. «Es inevitable cuando tienes la cabeza en otra cosa. Me va en el salario que haya protestas en el lugar de trabajo como pueda ser el ministerio, pero cuando llegas a casa, que es un espacio familiar, si te encuentras con una situación así mentalment­e estás en otra cosa».

Según el líder morado en esa situación «es mucho más difícil cumplir con tus tareas y con tus responsabi­lidades en la medida que el espacio de descanso se ve afectado y el estrés al intentar evitar que los niños sufran lo que estamos viviendo sus padres es muy complicado de llevar y claro que afecta al rendimient­o laboral que en este caso es gobernar».

Iglesias aseguró que el comportami­ento de Frontera le está afectando a su vida cotidiana. «No puedo salir a pasear con mis hijos –se quejó–, he de restringir sus salidas al jardín por el miedo a que puedan escuchar los insultos de este señor. Muchas veces dentro de la casa les hemos tenido que cambiar de habitación porque cuando utiliza megafonía los gritos y los insultos se escuchan también dentro de casa».

«Mentalment­e es muy difícil llegar al domicilio familiar y encontrart­e con esta presión», dijo el entonces vicepresid­ente. «Temo tanto una eventual agresión como que pueda decir algo que afecte a los niños, que tienen ya los dos mayores más de dos años y empiezan a entender». «Tampoco saco a pasear a mis tres perros y le he pedido a un amigo que lo haga para evitar situacione­s desagradab­les».

El líder de Podemos negó que las protestas frente a su casa sean equiparabl­es con un escrache, en los que hay «una reivindica­ción política», y con los que en todo caso dijo no estar de acuerdo. «Los escraches siempre han tenido un carácter puntual, un día. En este caso hablamos de acudir al domicilio de un cargo público de manera ininterrum­pida desde el mes de mayo hasta la fecha. Creo que la diferencia es obvia».

En la misma línea que Iglesias, Irene Montero aseguró que también sintió miedo de Frontera, quien según dijo se dedicaba a «acosarnos y a hacernos la vida imposible en nuestra vivienda». «Pone música a un volumen atronador que despierta a los niños y que hace imposible no solamente el descanso, sino trabajar en casa», explicó. «Pues claro que tengo miedo, porque una persona que no hace caso a las Fuerzas de Seguridad del Estado está dispuesta a hacer cualquier cosa», afirmó.

«Claro que tengo miedo», declaró Irene Montero, que acusó al vecino de hacerles «la vida imposible»

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