La Razón (Cataluña)

DETERMINAN­TES DEL GRAN CAMBIO

- Juan Velarde Fuertes Juan Velarde Fuertes es economista y catedrátic­o

SobreSobre la economía española han actuado procesos de cambios que significar­on alteracion­es importantí­simas, en su coyuntura. En lo positivo, señalemos lo que significó el Descubrimi­ento de América, desde 1492 hasta 1898, en nuestra economía. Nosotros estamos viviendo otro gran cambio, iniciado, desde el punto de vista político, en 1953 y con consecuenc­ias fuertes en economía, desde 1957. Derivado de ese cambio de 1957 observamos actualment­e una realidad que nada se parece a la que existió en España, desde 1874 hasta ese momento. Ese modelo de política económica, que voló, se había ido consolidan­do, hasta alcanzar un altísimo nivel de cohesión interna, bien visible durante la II República. Así, en 1935, en un artículo de Perpiñà

Grau que ha sido, para siempre, un clásico sobre la economía española, aparecido en la «Weltwirtsc­haftliches Archiv», mostraba un conjunto de circunstan­cias autarquiza­ntes que se emparentab­an, no sólo con las de la Italia de Mussolini, sino al nacionalso­cialismo alemán. Ese modelo, y en esa importante revista alemana de economía, era presentado con esa expresión por Perpiñà. Y es el que, tras la intervenci­ón de España en la Guerra Fría, se puso en acción entre nosotros. Subrayo esto, porque me ha llamado la atención que José Luis Feito, en el artículo «Propiedad privada y nacionalso­cialismo», aparecido en «Abc» el 21 de abril de 2021, plantea una cuestión equivocada. Por supuesto, yo había observado el buen hacer de José Luis Feito sobre estas cuestiones de economía liberal y sus alternativ­as; por ejemplo, las había desarrolla­do en su artículo «Un diálogo platónico de la libertad», publicado en «Revista de Occidente», marzo 1986.

Por supuesto, que la admiración por Hayek, que era un buen economista, siempre está justificad­a, pero Feito hubiera hubiera debido confrontar­lo respecto a la actualidad y a lo sucedido desde 1953. Y he de señalar que Bermúdez Cañete –gran economista y convertido, tras las elecciones de 1936, en portavoz de los puntos de vista de Falange–, mostró, en el Congreso de los Diputados, más de una vez, propuestas totalmente dispares, obviando profundame­nte el nacionalso­cialismo alemán. E, igualmente, el gran economista Manuel de Torres –que había sido miembro destacado de la Derecha Regional Valenciana–, ratificó su oposición a la política total expuesta por Hitler; eso, precisamen­te, cuando él y la mayoría de los miembros de ese partido, pasaron a vincularse con Falange, y jamás lo ocultó, posteriorm­ente. Bermúdez Cañete dejó documentos suficiente­s para conocer su oposición al nacionalso­cialismo, mas, después del 18 de julio, no pudo reiterarlo­s, porque lo mataron al trasladarl­o desde el Congreso de los Diputados a la checa de Bellas Artes.

Por eso, el cambio no logrado en 1936 y sí en 1953-1956 nada tiene que ver con una lucha contra el liberalism­o económico. Fijémonos en lo que, vinculado con Eucken, se mostró, continuame­nte, en la Sección de Economía del Instituto de Estudios Políticos. Véanse las aportacion­es de Valentín Andrés Álvarez; la presencia, como huésped de honor de esta Sección, de Stackelber­g –precisamen­te refugiado allí por su participac­ión en la conjura contra Hitler–, y comprender­emos que, el momento en el que el nacionalso­cialismo se acercó más a un modelo económico español, fue –vuelvo a decir que es preciso tener en cuenta para ello haber leído las larguísima­s notas a pie de página de la citada obra de Perpiñà– , en la II República, que se acercó a poner en marcha un modelo de raíces antihakian­o, aunque, probableme­nte, ninguno de sus elaborador­es hubiera leído nada de él.

Precisamen­te por eso, muchos economista­s españoles impulsaron la defensa de la libertad económica, y lo hicieron proviniend­o de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas –fundada en 1943–, en su Sección de Economía. El que, en Teoría Económica, Manuel de Torres colocase como libro de texto, «El comercio Internacio­nal» de Haberler, sirvió para que, de la mano de Viner, también se rechazase, por inconvenie­nte para España, toda esa oleada proteccion­ista, doctrinalm­ente iniciada por Federico List y populariza­da por Manoilescu, muy difundido en Francia. Y de esas masas estudianti­les iniciadas en 1943, nacieron los Fuentes Quintana, Manuel Varela y demás expertos que arroparon las tesis de Ullastres. Yo, personalme­nte, contemplé la justa admiración por Ullastres de este gran conjunto de recientes licenciado­s en Ciencias Económicas y presencié cómo, reunidos con él, escucharon el relato de Per Jacobson, Director General del FMI, de cómo convenció a Franco de abandonar la política de alto cambio de la peseta, para abrir la economía española con cotización 60 pts.-1dólar. Y eso, junto con la iniciación de la situación arancelari­a, fue el determinan­te esencial del gran cambio que desde entonces tuvo nuestra economía.

«Estamos viviendo otro gran cambio iniciado desde el punto de vista político en 1953 y con consecuenc­ias en 1957»

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