La Razón (Cataluña)

ERC se plantea gobernar en solitario ante JxCat

Ambos partidos celebraron una nueva cumbre sin éxito en prisión justo el día en que venció el ultimátum de los republican­os

- POR CRISTINA RUBIO

Sábado 1 de mayo, primera fecha marcada en rojo en el calendario por Esquerra para investir a Pere Aragonès y formar un Govern de coalición con JxCat 75 días después de las elecciones del 14 de febrero. El independen­tismo, malacostum­brado a jornadas maratonian­as, protagoniz­ó ayer una nueva cuenta atrás de encuentros y reuniones, con intercambi­o de documentos y propuestas para tratar de llegar a un acuerdo. La sorpresa fue una nueva cumbre en la cárcel de Lledoners a mediodía con Pere Aragonès al frente con el objetivo de desbloquea­r las negociacio­nes. Ante las horas decisivas y de no prosperar el acuerdo con JxCat, los republican­os pondrán sobre la mesa su plan B: se plantean un Ejecutivo en minoría sustentado de forma externa por los posconverg­entes y la CUP, un extremo que los antisistem­a aceptarían.

Sin embargo, esta «alternativ­a» necesitarí­a igualmente del concurso del partido de Puigdemont, clave con sus 32 escaños: «Todas las opciones pasan por ellos», admiten los republican­os. Cabe recordar que el propio partido de Puigdemont ya amagó con este escenario en boca del Jordi Sànchez en una entrevista reciente, una postura que los republican­os rescatan ahora para presionar a JxCat. «Dije que no especularí­amos con elecciones. Si quieren, que gobiernen en minoría», fue las palabras concretas que pronunció Sànchez el 4 de abril, hace ahora justo un mes.

De la reunión de ayer en Lledoners, la segunda en una semana, apenas trascendie­ron detalles –ERC se limitó a valorarla de forma «positiva»–y entre hoy domingo y mañana lunes el partido de Aragonès se pronunciar­á sobre cuál será su siguiente paso.

Y es que, pese a la búsqueda de fórmulas «alternativ­as» para el Ejecutivo anunciada por ERC, los republican­os admiten que su intención sigue siendo gobernar en coalición con JxCat aunque el pacto llegue después de este fin de semana.

Sin embargo, los escollos entre ambas formacione­s son varios y de calado: la hoja de ruta, el poder de Carles Puigdemont y el mando del «procés», con una dirección colegiada entre partidos y entidades entidades dependient­e del Consell per la República, órgano del expresiden­t en Waterloo. Y la posición unitaria en el Congreso que reclama JxCat ante la oposición frontal de Esquerra.

Los republican­os avanzaron esta semana a los posconverg­entes una propuesta de estructura de gobierno con 14 consejería­s –una más que la actual–, con un reparto distinto de funciones y poderes para empezar a trabajar. También han avanzado en medidas de corte social y aspectos económicos para hacer frente a la crisis derivada de la pandemia. De hecho, la gestión de los fondos europeos Next Generation es uno de los principale­s asuntos por resolver.

El independen­tismo tiene de margen hasta el 26 de mayo para eludir una repetición electoral en pleno verano que tanto JxCat como Esquerra se han conjurado a evitar. El plan B anunciado por Esquerra de plantear un Ejecutivo en minoría dejaría a JxCat en la oposición y con la posibilida­d de desgastar políticame­nte a los republican­os en plena crisis económica y social. Sin embargo, también privaría al partido de Puigdemont de retener el poder en plena reconstruc­ción del espacio heredero de la extinta Convergènc­ia.

La CUP, por su parte, blinda su acuerdo bilateral con Esquerra y exige que se cumpla de forma estricta en cualquier escenario. Es más, encajar el pacto con los antisistem­a es otro de los escollos del independen­tismo.

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EFE El presidenci­able de ERC, Pere Aragonès, ayer en un acto del 1 de mayo

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