La Razón (Cataluña)

Nacho Cano y un ex de Ayuso

El aforo limitado en Sol no fue obstáculo para reunir a seis ex presidente­s: Cifuentes volvió a «casa» mil días después

- P. G. -

«No me he encontrado a ningún ex ni a Pablo Iglesias». La presidenta Ayuso compartió esta confidenci­a con los periodista­s nada más terminar el acto por la fiesta del Dos de Mayo en la Puerta del Sol. Bromeaba sobre el argumento que ella misma brindó hace días en torno a la libertad que supone para los vecinos de la región no tener que cruzarse por la calle con antiguas parejas. Y ayer Ayuso aseguró que su teoría quedaba confirmada. Pero no era verdad. Porque un ex sí se personó ayer en el kilómetro cero de la capital. Es verdad que ambos ni hablaron ni cruzaron las miradas, pero compartier­on espacio y techo durante casi dos horas. Ignacio Aguado, hasta hace 50 días número dos de la coalición liderada por Ayuso, acudió a la ceremonia, pero no hubo ni siquiera un saludo de cortesía entre ambos. Además de Aguado, todos los ex consejeros naranjas estuvieron presentes y sólo a dos de ellos –Eduardo Sicilia y, cómo no, Marta Rivera– saludó la presidenta con un abrazo.

Este reencuentr­o era, a priori, el plato fuerte del salseo goyesco que podía ofrecernos un Dos de Mayo con aforo limitado. Hasta que Nacho Cano hizo saltar todo por los aires con un gesto que le convirtió en protagonis­ta absoluto absoluto de la mañana en el centro de la capital y de las redes sociales durante el resto del día. Era uno de los reconocido­s con la máxima condecorac­ión de la Comunidad. Su turno le llegó entre la historiado­ra Carmen Iglesias y los niños de la región. Se saltó el protocolo e hizo llorar a la presidenta madrileña, a la que atribuyó el «milagro» de mantener los teatros abiertos. Un milagro con «piernas, cabeza y corazón». Le trasladó el mensaje de los trabajador­es de su compañía –algunos independen­tistas catalanes, otros votantes de Podemos y algunos de Vox, aseguró– y del resto de los profesiona­les de la cultura que en Madrid sí han podido seguir trabajando: «Si ves a la presidenta, dile dos cosas: gracias y valiente. Yo creo que la medalla al arte y la cultura, por tener los teatros abiertos, por ser tan valiente y ser tan buena presidenta, te la mereces tú». Acto seguido, devolver a Ayuso la banda roja con la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo sobre sus hombros, lo que provocó que la presidenta no pudiera evitar las lágrimas.

Envuelta en la emoción fue la intervenci­ón de Cristina Cifuentes, que volvió a Sol 1.103 días después. No dejó pasar la oportunida­d de destacar que este reconocimi­ento llegar tras ser absuelta del «caso Máster» tras un «calvario» de tres años: «Me presento libre de cargos y de cargas». Junto a ella, otros cinco ex presidente­s de Leguina a Rollán de Aguirre a Gallardón y Garrido.

La anécdota del día podría haber sido el micrófono abierto que «cazó» a Ayuso suplicando que se acabe ya el «plomo» de la confrontac­ión política vinculado a la campaña. Hubiera sido la comidilla del día, pero allí estaba Nacho Cano.

 ?? GONZALO PÉREZ/AGENCIAS ?? A la izquierda, Ayuso entrega a Cristina Cifuentes la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid. En el centro, Begoña Villacís y Edmundo Bal dialogan con José Luis MartínezAl­meida. A la derecha, Rocío Monasterio y Ángel Gabilondo
GONZALO PÉREZ/AGENCIAS A la izquierda, Ayuso entrega a Cristina Cifuentes la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid. En el centro, Begoña Villacís y Edmundo Bal dialogan con José Luis MartínezAl­meida. A la derecha, Rocío Monasterio y Ángel Gabilondo

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