Bruselas teme un naufragio de los acuerdos de paz
Los veintisiete confian en que Reino Unido cumpla el protocolo pactado con la UE
Tal y como decía de manera incansable la ex primera ministra británica Theresa May, Brexit means Brexit (Brexit significa Brexit). Una tautología con la que se intentaba evidenciar o más bien ocultar que, tras más de cuarenta años de tortuoso matrimonio, Londres y Bruselas se adentraban en el terreno desconocido de los ex cónyuges. Y ya se sabe que no se conoce a nadie de verás hasta que te divorcias de él.
A pesar de que los Veintisiete tenían ganas de dejar el divorcio británico atrás, tras cinco años de desvelos, y centrarse en la emergencia de la lucha contra la pandemia del coronavirus, los primeros compases de la época post-Brexit no están resultando fáciles. Las mayores tensiones se están originando en un tema de máxima sensibilidad política: el Protocolo de Irlanda del Norte. Precisamente este parte fue el capítulo más peliagudo de negociar durante el pacto de divorcio ( de hecho, terminó con la carrera política de la mencionada May), ya que persigue evitar una frontera dura en Ulster que amenace la paz conseguida en el Acuerdo de Viernes Santo, tras décadas de terrorismo del IRA.
A la vez, se trata de mantener otro gran logro del proyecto de integración europeo: preservar la integridad del mercado común ya que la República de Irlanda sigue perteneciendo al bloque comunitario y existe el peligro de una frontera porosa entre la dos Irlandas. El futuro de Irlanda y del club europeo intrínsecamente unidos. La pregunta reside en si tantos desvelos y negociaciones maratonianas pueden acabar en papel mojado.
La Comisión Europea inició del pasado 15 de marzo un procedimiento de infracción contra Reino Unido después de que Boris Johnson violara el acuerdo al prorrogar de manera unilateral la exención de los controles aduaneros y fronterizos a las mercancías desde Gran Bretaña con destino a la provincia británica de Irlanda del Norte. Los funcionarios europeos no pueden acceder a los controles aduaneros, tal y como establece el pacto. Además, la tensión ha crecido en las últimas semanas con revueltas en Belfast y la caída de la ministra principal de Irlanda del Norte, Arlena Foster.
Este pasado martes, el Parlamento
El protocolo persigue evitar una frontera dura en Ulster que amenace la paz lograda en el Acuerdo de Viernes Santo
Nadie sabe si será necesario recurrir a un mecanismo de arbitraje entre la UE y Londres por Irlanda del Norte
Parlamento Europeo refrendó el acuerdo pos-Brexit, a pesar de que reina la desconfianza hacia Reino Unido. De hecho, el debate en el hemiciclo europeo sirvió para que los eurodiputados pidieran a la Comisión Europea firmeza en la aplicación del pacto. De momento, Bruselas confía en que la apertura del procedimiento de infracción sea suficiente para que Downing Street comience a colaborar con la UE. La última reunión entre el negociador británica David Frost y el vicepresidente del Ejecutivo comunitario Maros Sefcovic para supervisar la aplicación del acuerdo hace dos semanas consiguió relajar el ambiente tras meses de trifulcas.
Pero puede que el post Brexit resulte tan imprevisible como el Brexit. Nadie sabe con seguridad si acabará siendo necesario recurrir a un mecanismo de arbitraje que desemboque en sanciones multimillonarias y vuelva a generar incertidumbre a ambos lados del Canal de la Mancha.