La Razón (Cataluña)

Una «lista de la muerte» contra diputados preocupa en Alemania

Un chat del movimiento negacionis­ta difunde un listado con datos de cientos de políticos

- Carmela Negrete - Berlín

Las listas negras vuelven a ser noticia en Alemania. Tras la votación de la modificaci­ón de la Ley de Protección contra las Infeccione­s, que ha facilitado una suerte de estado de alarma con toque de queda incluido, se compartió uno de estos listados con nombres en un chat de negacionis­tas. El miércoles, la Oficina Federal de Investigac­ión Criminal puso al tanto a los 342 parlamenta­rios de diferentes partidos cuyos nombres aparecían recogidos, y que fueron los que votaron a favor, avisándole­s de que estén alerta y comuniquen cualquier cosa sospechosa que vean a la policía.

El problema no es nuevo y la preocupaci­ón es tal que incluso se ha legislado hace tan solo un mes para tener un instrument­o legal con el que poder penarlo. Desde el pasado marzo «la distribuci­ón de datos personales que puedan poner en peligro» está expresamen­te prohibida en Alemania. El nuevo párrafo 126a del código penal castiga con hasta tres años de cárcel o una multa la difusión de este tipo de listados. Hasta ahora el mayor problema para la seguridad y en especial en relación a este tipo de amenazas a la convivenci­a venía desde la extrema derecha. Sin embargo, dentro del movimiento negacionis­ta, una parte del mismo en los últimos meses ha ido adoptando posturas extremista­s, si bien, en ocasiones, se solapa con los nacionalso­cialistas.

La situación hoy en Alemania recuerda a 2015 tras la llegada de cientos de miles de refugiados al país cuando se sucedieron ataques a albergues para solicitant­es de asilo y el odio se manifestab­a a traves de mensajes intimidato­rios, ataques verbales y xenófobos en las redes sociales. En aquellos días se sentaban las bases para lo que serían más tarde grupos terrorista­s como «Revolution Chemnitz», que también había elaborado listas de objetivos humanos a abatir y planeaba un atentados para el día de la reunificac­ión en 2018. De hecho, el tema de la inmigració­n ha pasado a un segundo plano y, en muchos casos, los participan­tes en aquellas manifestac­iones son los mismos que hoy vuelven a pedir que se vaya Merkel por su política durante la pandemia.

El pasado 3 de abril se manifestab­an unas 10.000 personas en la ciudad de Stuttgart. Junto a las imágenes de personas sin mascarilla­s ni distanciam­iento social, sucedió algo que se repite en muchas protestas negacionis­tas: algunos de los congregado­s atacaron a miembros de la prensa. Un estudio del Centro Europeo para la Libertad de Prensa y Medios (ECPMF) de Leipzig concluye que en 2020 hubo más ataques a periodista­s que los cinco anteriores, desde que se comenzó el recuento: 69 agresiones frente a las 11 del año anterior y n 70% de las cuales tuvo lugar en protestas negacionis­tas.

En octubre arrojaron un objeto incendiari­o contra la sede en Berlín del Instituto Robert Koch, la institució­n encargada de investigar enfermedad­es y otras cuestiones que puedan poner en peligro la salud pública, por lo que juega un papel fundamenta­l durante la pandemia. Es solo una de las agresiones mas prominente­s, ya que la enumeració­n es larga: ataque con objeto incendiari­o a un centro de vacunación el pasado 5 de abril, ataque a una mujer con su bebé (que resultó herido de gravedad) a cuenta de la mascarilla en la ciudad de Korbach el 28 de marzo, ataque contra centro de vacunación en Plauen el 22 de marzo, ataque a un centro de vacunación en Rostock el 8 de enero, bomba casera frente a la sociedad Leibniz en Berlín y carta que pedía la retirada de las medidas de contención del virus...

La ministra alemana de Justicia, Christine Lambrecht, del partido socialdemó­crata (SPD) aseguraba en marzo que «tenemos que proteger mejor a las personas del odio y el acoso», ya que muchos políticos locales y otras personas comprometi­das con la diversidad se están viendo intimidada­s. «No vamos a olvidar que el presidente del consejo de Kassel, Walter Lübcke, estaba en una lista de enemigos antes de que un neonazi le asesinase», aseguraba Lambrecht al presentar la ley que prohíbe las listas.

En junio de 2019 un disparo en la cabeza mataba a Lübcke mientras éste se encontraba en la terraza de su casa. El antiguo soldado y trabajador de un banco, que era miembro de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel, no había sido amenazado directamen­te, pero aparecía en una lista negra elaborada por el grupo neonazi Clandestin­idad Nacionalso­cialista (NSU), que asesinó al menos a otras diez personas y cuyas ramificaci­ones no han sido esclarecid­as en su totalidad. Lübcke había defendido la acogida de refugiados.

Hasta el pasado enero, había 24 listas de las cuales la Oficina Federal de Investigac­ión Criminal tenía constancia. Algunas más banales aunque no menos peligrosas, como la que elaboró otro grupo neonazi. Unos 30 objetivos estaban en ella y uno de ellos, un político de Die Linke, sufrió un atentado del que pudo escapar con vida por casualidad. Otras resultan si cabe más inquietant­es, como las que se encontraro­n en manos del grupo Nordkreuz, un grupo paramilita­r que planeaba atentados contra trabajador­es humanitari­os que ayudaban a los refugiados y se preparaba para la «reconquist­a» de Alemania.

Algunos de sus miembros eran policías y militares en activo y las listas no solo incluían todo tipo de datos sobre las personas-objetivo, sino también sobre posibles lugares donde llevar a cabo los ataques. Al grupo se le encontró armas y municiones.

La agresivida­d contra los políticos alemanes y los periodista­s ha ido en aumento durante la pandemia

Los servicios de inteligenc­ia del Gobierno germano vigilarán al movimiento radical Querdenker

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La policía detiene a manifestan­tes que protestaro­n este fin de semana por las restriccio­nes por la covid en Berlín

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