La Razón (Cataluña)

UN REVOLCÓN INESPERADO

LA LESIÓN DE QUARTARARO EN EL BRAZO DERECHO CUANDO LIDERABA DA EL TRIUNFO EN JEREZ A MILLER Y EL LIDERATO A BAGNAIA. MOTOGP VUELVE A ESTAR MUY ABIERTO

- JOSÉ MANUEL MARTÍN

SiSi los pocos centímetro­s del poste de una portería pueden decidir una Liga, una lesión inesperada en mitad de una carrera puede cambiar el signo de un Mundial de MotoGP. Y eso le pasó en Jerez a Quartararo, que cuando se apagó el semáforo parecía lanzado a por un «hat trick» de victorias consecutiv­as que le iba a disparar en el liderato, y media hora después estaba perdido en mitad de la pista pilotando a una mano y viendo cómo todos lo adelantaba­n. Dominaba con más de un segundo de ventaja después de 14 vueltas y algo sucedió, porque su ritmo de récord se detuvo y pasó del primer puesto al decimoterc­ero. No era el desgaste de los neumáticos ni una pérdida de potencia del motor. Se trataba de su antebrazo derecho, se había agarrotado tanto que se quedó sin un gramo de fuerza. «El brazo se endureció y se quedó como una piedra. Intente mantener20­19. me igual durante las vueltas siguientes, pero llegó un momento en el que casi no podía frenar y hasta era peligroso», explicaba después de una carrera en la que terminó llorando de rabia y dolor a partes iguales.

Lo que podía haber sido un triunfo y más de 25 puntos de ventaja en el liderato se convirtió en estar ahora segundo a dos de Bagnaia y totalmente perdido sobre qué hacer con ese problema de síndrome compartime­ntal del que ya se operó en «No sé lo que voy a hacer. Ahora mismo estoy confundido, porque hay mucha gente que me dice cosas distintas sobre la que debe ser la solución. Quiero descansar porque no quiero equivocarm­e», contaba el francés, que hasta ayer presumía de haber progresado mucho en el aspecto mental que le pasó factura el curso pasado. Después de las dos primeras carreras parecía que se comería el mundo y la presión lo aplastó. Ahora era otro en ese sentido, más suelto y fluido, pero de repente el brazo le ha fallado y le toca volver a empezar. Su desgracia fue la suerte de Jack Miller, que ya había abandonado la esperanza de dar caza al de Yamaha. El australian­o lloró de alegría y emoción tras su segunda victoria en MotoGP, la primera con Ducati. Precisamen­te él está recién operado del síndrome compartime­ntal y justo esa lesión en un rival le ayudó a ganar. El inesperado doblete de Ducati lo completó Pecco Bagnaia, que el curso pasado lamentó romper el motor cuando apuntaba al podio y ayer en cambio le tocó sonreír y convertirs­e en el nuevo líder del campeonato.

Un Mundial que parecía tener un dueño en Quartararo y que, de repente, vuelve a estar abierto, con mucho reparto de puntos y victorias y nadie dominando. Un panorama que le viene bien a Márquez para ir ganando tiempo en su recuperaci­ón. Su noveno puesto es un pequeño paso adelante en la lucha que ahora libra contra las limitacion­es de su cuerpo. No puede poner a día de hoy las luces largas del Mundial, pero este revolcón inesperado no le viene mal.

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AP Jack Miller quema neumático trasero para celebrar su triunfo en el Gran Premio de España
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