EL DESPERTAR DE ALONSO
HAMILTON GANÓ POR DELANTE DE VERSTAPPEN Y BOTTAS. EL DE ALPINE ESCALÓ HASTA LA OCTAVA PLAZA Y SAINZ, UNDÉCIMO, FALLÓ CON LA ESTRATEGIA DE NEUMÁTICOS
ElEl resultado del Gran Premio de Portugal dejó fríos a muchos, pero confirmó que el campeonato en todas las posiciones va a estar más apretado de lo que se pensaba. Hamilton volvió a sacar el tremendo talento que tiene y ganó la carrera con autoridad pese a los errores cometidos al principio. Los fallos surgieron en la salida y en la resalida cuando Verstappen le dio una pasada que casi le quita las pegatinas del casco. Eso sirvió para que el inglés se enchufara, sacara toda la bestia que lleva dentro para devolver el adelantamiento a su rival y dejara a su compañero otra vez en su sitio, es decir, como segundo piloto de la escudería Mercedes. Bottas fue incapaz de hacerle frente y ni siquiera ayudó para frenar al Red Bull. Y eso que el sábado marcó el mejor tiempo, pero no le sirvió de nada.
El siete veces campeón del mundo venció con solvencia y ni siquiera las estrategias en boxes con una sola parada clave evitaron su triunfo. El fin de semana el Mercedes estuvo más afinado y en el equipo de la bebida energética saben que pueden vencerlos, pero para lograr eso tienen que hacerlo muy, muy bien porque ni Hamilton ni sus ingenieros son enemigos sencillos. Por detrás se confirmó el buen rendimiento de Norris con el McLaren y la lenta progresión de Ricciardo con el mismo coche, aunque más pronto que tarde llegará a la altura de su compañero.
Charles Leclerc acabó en la sexta posición y su compañero Carlos Sainz fue undécimo. ¿Qué ocurrió? En Ferrari no tenían nada clara la estrategia de neumáticos y el sábado el madrileño no se vio con la confianza para clasificar a la Q3 con un compuesto medio, algo que sí hizo su compañero, aunque fuera más atrás. Estas son las ruedas con las que hay que tomar la salida en la carrera por reglamento y la decisión le costó al español quedar fuera de los puntos. El blando no le sirvió demasiado al principio y, más tarde, con los medios, el Ferrari no iba tan fino. La peor parte del planteamiento se lo llevó Sainz (en parte también por su error a la hora de elegir compuesto) mientras que su compañero Leclerc al menos cumplió. «Hemos empujado mucho en esas primeras vueltas, y a partir de ahí hemos abierto el ‘‘graining’’ –desgaste excesivo de neumático en el centro de la rueda– y hemos ido para atrás. No ha sido un buen día. Hay que aprender de ello, forma parte de la curva de aprendizaje», subrayó Sainz.
Lo mejor, o al menos lo más esperanzador, fue la actuación de Fernando Alonso. El sábado un misterioso error mecánico o de configuración (o no) le impidió clasificar más allá del décimo tercer puesto y en carrera fue capaz de remontar hasta la octava plaza, justo por detrás de su compañero Ocon, lo mínimo que podía hacer para estar a la altura del coche y del equipo.
El asturiano siempre predicó aquello de que «tu primer enemigo es tu compañero». Y el Alpine fue bien en Portimao, sobre todo en manos de Ocon, que incluso llegó a pugnar por la sexta plaza. La adaptación del asturiano parece que se está alargando más de lo deseable, pero ayer empezó a coger mejor tono. Tuvo agresividad en los instantes finales y superó con paciencia los problemas del principio cuando estaba rodeado de pilotos en la parte trasera. «No ha sido fácil adaptarse y tener sensaciones tan cerca unos de otros. Sigo aprendiendo en cada vuelta que doy y mejorando. Aunque suene obvio, cada vez que me subo al coche y hay una salida, un adelantamiento, un ‘‘safety car’’... con todos esos botones, las cosas te van saliendo más automáticas», terminó el español.