El acuerdo de investidura se enreda ahora entre CUP y JxCat
Los cuperos reconocen divergencias con los posconvergentes en las negociaciones
Las negociaciones para la investidura de Pere Aragonès siguen llenas de incertidumbre. A las conversaciones entre Esquerra y
JxCat se tiene que sumar un tercer actor, la CUP, que reconoció ayer «escollos» en algunos ámbitos. Los cuperos recrminaron la «lentitud» en el avance hacia el acuerdo y volvieron a echar en cara al partido de Carles Puigdemont que siga sin desvelar su propuesta sobre el «procés».
¿Cuáles son los escollos? El principal está focalizado en el ámbito sanitario. Según explicó la diputada anticapitalista, Laia Estrada, el punto de discordia se centra en que la CUP quiere internalizar servicios como el 061 y el transporte sanitario, pero han detectado «incomodidad» en JxCat. «Pero queremos creer que será superable», apuntó, tras haber advertido que su voluntad sería «internalizar todo lo externalizado» para que la gestión y la provisión sean de titularidad pública. En este sentido, recordó que durante la campaña electoral se hizo mucho énfasis en reforzar la atención primaria y mejorar las condiciones laborales de los sanitarios.
Más allá del ámbito sanitario, la CUP también se muestra crítica con la carpeta del «procés» porque JxCat sigue sin ofrecer su propuesta. Los cuperos rechazan aceptar el Consell per la República tal y como está planteado ahora y exigen reformularlo, aunque, de momento, no hay ninguna oferta al respecto. Ahora bien, los cuperos sí reconocen que tanto Puigdemont como el resto de políticos en el «exilio» deben «tener un papel».
La CUP exige crear una dirección estratégica compuesta por partidos y entidades independentistas (Esquerra, JxCat, CUP, ANC y Òmnium) que dé rumbo al «procés» y en la que todos los actores tengan el mismo papel.
Frente al enredo independentista, Podemos metió ayer más presión a Esquerra con un discurso contundente. En este sentido, acusó a ERC de dejarse «humillar» por JxCat después de que el partido republicano haya reculado en su ultimátum: había puesto el 1 de mayo como fecha límite para lograr
Las diferencias, en el ámbito de la salud: la CUP quiere internalizar el 061 y el transporte sanitario y JxCat lo cuestiona
lograr un acuerdo de investidura y, si no se lograba, iniciaría la búsqueda de alternativas (como, por ejemplo, gobernar en solitario). «La situación es insostenible», afirmó Jéssica Albiach, líder de los Comunes, y repasó algunas de las urgencias que afronta Cataluña, como los ERE, el paro juvenil o el próximo curso escolar.
«Estamos en un escenario de continua humillación de JxCat a ERC», aseveró y aseguró que las cesiones de los republicanos y las relaciones entre ambos partidos independentistas son el «preludio de la legislatura». «Hay alternativa», dijo y aseguró que solo se requiere de la «valentía y coraje» de ERC para que se materialice este cambio.
Lo cierto es que las negociaciones avanzan, aunque llenas de obstáculos y choques. Hay margen hasta el 26 de mayo y los nervios poco a poco van a ir ganando espacio ya que todavía faltan carpetas por cerrar entre ERC y JxCat y luego habrá que cuadrar el acuerdo con la CUP. En este sentido, los tres partidos independentistas han explicitado su rechazo a forzar una repetición electoral, aunque un desacuerdo inesperado puede dejar a Aragonès sin investidura.
En paralelo, el candidato socialista Salvador Illa reiteró de nuevo ayer su voluntad de presentarse a una investidura para plantear su programa de gobierno. De momento, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha rechazado dar esta oportunidad a Illa.
Pere Aragonès también plantea forzar un nuevo intento de investidura si JxCat mantiene el bloqueo en las próximas semanas. De esta manera, añadiría más presión sobre los posconvergentes, que quedarían como responsables de la parálisis en Cataluña.
Podemos añade presión y acusa a ERC de dejarse «humillar» de forma continua por el partido de Carles Puigdemont