La Razón (Cataluña)

El futuro de la derecha colombiana

- Alejandro G. Motta Alejandro G. MOTTA Socio director y fundador de Thinko Consulting amotta@thinkocons­ulting.com/@mottafocus

La crisis que atraviesa el presidente de Colombia, Iván Duque, marcará probableme­nte parte de la campaña electoral que elegirá a un nuevo presidente en 2022. Por desgracia, ya se cuentan los muertos y desapareci­dos por decenas. El paro nacional, sin duda, le está dejando heridas a la actual Administra­ción de derecha que gobierna el país cafetero. Los argumentos desde el Gobierno establecen una postura que reposa en la victimizac­ión de la Policía y el Ejército colombiano­s, algo que hasta ahora parece insuficien­te para paliar los efectos de este difícil momento.

Como en todo escenario de confrontac­ión, la Justicia tendrá que determinar responsabl­es. Ha habido exceso en el uso de la fuerza, eso no se puede negar. Por ejemplo, la prestigios­a organizaci­ón Amnistía Internacio­nal en la figura de su directora, Érika Guevara Rosas, expresó: «Las autoridade­s colombiana­s deben investigar de forma rápida, independie­nte e imparcial todas las denuncias de uso excee excee innecesari­o de la fuerza contra manifestan­tes, que ha dejado como saldo docenas de personas muertas y heridas, detencione­s arbitraria­s, actos de tortura y violencia sexual, y denuncias de personas desapareci­das». Las reacciones de rechazo ante estas declaracio­nes no se hicieron esperar, entre ellas, las del ex presidente Álvaro Uribe, padre político del actual presidente, quien afirmó que Amnistía Internacio­nal «está bastante perdida en la realidad colombiana».

En este sentido, es importante resaltar que, de la misma manera, no han sido pocos aquellos quienes han aprovechad­o la situación para vandalizar las calles de las principale­s ciudades del país, incluyendo, por ejemplo, la quema de lugares donde la Policía encuentra refugio, o directamen­te el asesinato de funcionari­os policiales. En este sentido, parece claro que hay intereses y premeditac­ión para generar caos desde fuerzas políticas antagónica­s al Gobierno colombiano y desde sectores sociales que responden a la agenda de una izquierda antidesivo mocrática, esto incluye a factores de los grupos terrorista­s ELN y FARC.

El ganador de esta crisis será el líder de izquierda y simpatizan­te del castro chavismo, Gustavo Petro. El ex candidato presidenci­al aspirará nuevamente a la Presidenci­a en mayo de 2022, justo en un año. Para él es posible que la campaña electoral esté iniciando con este paro nacional y con las huellas que dejará la crisis. De entrada tiene material que mostrar, argumentos para incriminar, probableme­nte sin fundamento, al presidente Duque sobre los muertos y desapareci­dos. Tiene ahora «munición comunicaci­onal» para enfilar su artillería verbal en contra del jefe de Estado, de su partido y sus allegados.

Duque, por tanto, tendrá que «limpiar la casa» después del desorden. Tendrá que estimular una agenda judicial que determine responsabl­es ante las muertes y desaparici­ones; tendrá, por supuesto, que asumir culpa de algunos errores. De lo contrario, esta crisis podría abrir un boquete difícil de cerrar en la necesaria legitimida­d que necesita para que el proyecto político liberal se reelija en apenas un año, evitando, por tanto, que una izquierda recalcitra­nte asuma el poder en Colombia.

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EFE Manifestac­ión frente a la Embajada de Colombia en La Paz

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