Descontrol en la primera noche sin toque de queda en Barcelona
Los cuerpos policiales desalojaron a más de seis mil personas en toda la ciudad que no respetaban las restricciones ni cumplieron con las recomendaciones de las autoridades
Los catalanes vivieron ayer noche un momento inusual, como tantos otros en la pandemia, cuando tuvieron dos horas de toque de queda. Entre las 22 y las 00.01 del ya domingo 9 de mayo tuvieron que quedarse en casa para cumplir con la normativa vigente, tras ello, volvió la fiesta a las calles. Jolgorio, alegría y quedadas masivas a partir de la caída del estado de alarma, incluso pirotecnia en algunos puntos como en Barcelona acompañada de gritos de «libertad». Durante los primeros minutos del domingo, la ciudad vivió otro fin de año, esta vez, en mayo. Tras casi siete meses sin libertad nocturna, desde ayer es posible volver a disfrutar de la ciudad de forma nocturna, sin bares ni discotecas, pero con la sensación de haber recuperado de alguna forma la noche.
Las ganas de fiesta dieron paso a escenas de auténtica normalidad anterior a la irrupción del Covid. Plazas como la Virreina en pleno céntrico barrio de Gracia o las playas de Barcelonadonde se vivieron grandes celebraciones nocturnas. Concentraciones masivas de personas, muchas de ellas sin mascarilla ni respetando la distancia de seguridad se dedicaron a beber y festejar hasta altas hora de la madrugada. Con casi 500 personas en las UCI’s catalanas, catalanas, gran cantidad de barceloneses «olvidaron» por unas horas la situación mundial y se dedicaron a festejar con total normalidad la caída del estado de alarma y del toque de queda que llevaba casi siete meses en la vida de los españoles.
Aunque no fue una masiva salida nocturna de barceloneses, si que se pudo ver a gran cantidad de personas en la calle una vez superada la media noche, otros decidieron celebrarlo con más cautela, desde sus balcones y con con gritos y pirotecnia pero sin acudir a celebraciones repletas de gente. Aún así, el ambiente en las calles barcelonesas fue más parecido al de un fin de año o verbena de San Juan que de una noche con pandemia.
El teniente de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, explicó que la Guardia Urbana, en coordinación con los Mossos d’Esquadra, desalojó cerca de 6.500 personas de 31 espacios distintos de la ciudad la madrugada de este domingo, la primera sin toque de queda en Catalunya tras el fin del estado de alarma. Batlle alertó a los ciudadanos de que «las imágenes pueden ser preocupantes por ser actos de absoluta irresponsabilidad» protagonizados sobretodo por personas jóvenes, un colectivo que recuerda aún no ha recibido la vacuna contra el Covid-19 y no goza de inmunidad ante el virus.
Desde hoy, los catalanes no solamente pueden salir a la calle por la noche, también pueden ir a bares y restaurantes de forma ininterrumpida desde las 7.30 de la mañana hasta las 23.00 horas aunque las reuniones sociales siguen limitadas a seis personas. Se espera que la medida en la restauración evite las concentraciones vistas esta noche y permita a la gente disfrutar con más calma de la nueva situación. Los aforos en los eventos religiosos o deportivos también siguen estando limitados aunque el comercio tiene mayor horario para poder trabajar de nuevo.
Catalunya afronta ahora nuevos retos de vacunación. La comunidad espera poder tener al menos a cinco millones de personas vacunadas a mitades de junio con una dosis. Este cambio en la estrategia de vacunación supone priorizar una dosis antes que la pauta completa que es lo que se ha hecho con las personas mayores. A partir de hoy mismo, se empieza a vacunar a los mayores de 50 años, la segunda franja con mayor grosor en la población de Cataluña.
Cientos de personas celebraron el final del estado de alarma con fiestas por la ciudad como las playas o plazas