La Razón (Cataluña)

Sanidad almacena más de un millón de vacunas de AstraZenec­a

Madrid y Andalucía dan un ultimátum y pondrán la segunda dosis

- S. Alonso / B. Tobalina - Madrid

El Gobierno sigue sin permitir inocular la segunda dosis de AstraZenec­a mientras continúa el goteo de fallecimie­ntos. Las autonomías acumulan «1.051.456 dosis en sus neveras», según fuentes sanitarias. El retraso impide que el 90% de los de 60 a 69 años cuenten ya con una dosis.

La postura de la Agencia Europea del Medicament­o (EMA) respecto a la vacuna de AstraZenec­a contra la Covid-19 fue clara: las trombosis son un efecto secundario raro y los beneficios superan a los riesgos. Pese a su respaldo, el Gobierno, que continúa recibiendo dosis de esta vacuna, sigue sin permitir a las comunidade­s autónomas inocular la segunda dosis mientras sigue el goteo de fallecimie­ntos. Según ha podido saber ayer LA RAZÓN de fuentes sanitarias, las autonomías acumulan «1.051.456 dosis de AstraZenec­a en sus neveras», que se quedarían en 734.656 si se quitan las que llegaron este martes.

«El 77,1% de la población de 60 a 69 años está vacunada con una dosis de la vacuna de AstraZenec­a, por lo que si se hubieran usado todas (menos las 316.800 de este martes) ya estarían vacunadas con la primera el 90,8% de las personas en ese rango de edad», precisan las mismas fuentes.

La Comisión de Salud Pública decidirá la próxima semana si se administra finalmente la segunda dosis de la vacuna de Oxford a personas menores de 60 años que ya recibieron la primera, tras constatars­e (hasta el 4 de abril) 222 casos de trombosis con trombocito­penia en 34 millones de vacunados en la Unión Europea (UE).

Mientras tanto, algunas autonomías han puesto de relieve que están teniendo problemas de estocaje porque las vacunas de AstraZenec­a las tienen guardadas sin poder administra­rlas. Y es que hay cientos de miles de personas que se han quedado en el limbo al ponerles sólo la primera dosis, tanto las de 60 a 69 años, como las de 55 a 65 (por el cambio de criterio con la edad), así como profesione­s esenciales, entre los que figuran guardias civiles, policías, funcionari­os de prisiones, profesores, personal sanitario de segunda línea y trabajador­es sociosanit­arios.

«La totalidad de nuestro colectivo sigue sin la segunda dosis: 78.000, desde hace tres meses o dos según la comunidad, ya que en algunas el proceso de vacunación fue más lento. Y estamos con la incertidum­bre al no saber si nos van a poner la segunda dosis de AstraZenec­a o de otro laboratori­o», explica Marcelino García, presidente de UnionGC.

En el caso de funcionari­os de prisiones, 15.000, según los datos facilitado­s por CSIF, que añade que «en Educación hay un 20% del profesorad­o pendiente también de la segunda dosis de AstraZenec­a; es decir, unos 100.000. A estos hay que sumar 55.000 policías locales y unos 15.000 bomberos». En el caso de Policía Nacional, «entre el 60 y el 70% está en esta situación; es decir, entre 40.000 y 45.000 agentes en espera de recibir la segunda dosis», estima Carlos Prieto, de Riesgos Laborales del SUP.

Las opciones que se barajan son dejarles sólo con la que tienen, poner una segunda de AstraZenec­a o de otra marca, previsible­mente Pfizer, a tenor del polémico ensayo ensayo clínico que está desarrolla­ndo el Instituto de Salud Carlos III, CombiVacs, para confirmar su hipótesis de si sería posible combinarla­s e inyectar Pfizer en las personas menores de 60 años que recibieron AstraZenec­a con únicamente una muestra de 600 personas, de las que 400 recibirán una dosis de la vacuna Comirnaty (Pfizer). Las otras 200 conforman el grupo de control. De hecho, el objeto del estudio es aclarar «si las personas que han recibido la primera dosis de AstraZenec­a han generado suficiente­s anticuerpo­s o se precisa una dosis de refuerzo con otra vacuna», como informó en su día el Gobierno. Es decir, no si se les pone una segunda de AstraZenec­a, pese a las recomendac­iones de la EMA en las que se precisaba que «las personas que hayan recibido la primera dosis de Vaxzevria (nombre comercial del suelo de AstraZenec­a) deben recibir la segunda dosis de Vaxzevria para completar la pauta de vacunación».

Algo que volvió a repetir la agencia ayer: «No hay indicios de que haya problemas con una segunda dosis. Seguimos recomendan­do que se aplique la segunda».

¿Cuándo? Según esta agencia, «debe administra­rse entre cuatro y 12 semanas tras la primera dosis». Y como las primeras de AstraZenec­a llegaron a España el sábado 6 de febrero, las 12 semanas se cumplieron entre la semana del 26 de abril y el 3 de mayo. Es decir, ya muchos deberían haber recibido la segunda. Por ello, y para «curarse en salud», el Consejo Interterri­torial decidió ampliar de 12 a 16 semanas el tiempo entre dosis de AstraZenec­a, una extensión del tiempo hecha para dar tiempo a la elaboració­n de este estudio, no así para extender el plazo a otras vacunas, las de ARNm, como piden diferentes expertos, entre ellos el Grupo de Seguimient­o de la Vacunación en Cataluña, para así inocular con un único suero a más población.

La EMA expresa que «no se debe administra­r una segunda dosis de la vacuna a aquellos sujetos que han experiment­ado una reacción anafilácti­ca a la primera dosis de Vaxzevria», no que no se ponga la segunda dosis a aquellos que no han sufrido reacción adversa, máxime cuando «en comparació­n con la primera dosis, las reacciones adversas notificada­s después de la segunda dosis fueron más leves y se notificaro­n con menos frecuencia», precisa la EMA. Lo que llama la atención, teniendo en cuenta que en las vacunas de ARNm, sucede lo contrario: más efectos secundario­s con la segunda dosis que con la primera.

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AP/ MANU FERNÁNDEZ Una enfermera sostiene varios viales de AstraZenec­a en el WiZink Center de la Comunidad de Madrid

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