La Razón (Cataluña)

Sánchez se la juega contra Díaz

En la batalla interna no solo se dilucida el liderazgo del PSOE, sino mantener un bastión clave para la victoria en las generales. Andalucía es la región que más diputados reparte en el Congreso

- POR AINHOA MARTÍNEZ EFE

El batacazo electoral del pasado 4 de mayo noqueó al PSOE. La necesidad de salir del shock, de cambiar el paso, motivó que se activara el botón nuclear de la gran guerra interna pendiente en el partido. Pedro Sánchez vs. Susana Díaz. Segunda vuelta. La duda que ya recorre la Moncloa es si será la batalla final. «El resultado es impredecib­le», asumen intramuros del palacio. Otros, sin embargo, se resignan y creen que era un paso que se tenía que dar en algún momento y que, tras la experienci­a del anticipo electoral en Madrid –que les sorprendió sin candidato–, en Andalucía no podía pasar lo mismo que había ocurrido con Gabilondo. Había que activar la batalla por el relevo cuanto antes. Sin embargo, desde la federación andaluza ven el movimiento como una «cortina de humo» para desplazar el foco de atención de los malos resultados electorale­s y una forma de anticipars­e a la propia Susana Díaz, que iba a abrir de manera inminente el debate de las primarias en el seno de su Ejecutiva regional. La líder andaluza captó la debilidad de Sánchez y éste optó por anticipars­e. Lo hizo sin contar ni contactar con ella.

El enfrentami­ento entre ambos viene de lejos y no acabó de resolverse ni con la apabullant­e victoria en las primarias de Sánchez, cuando Díaz y otros barones críticos se replegaron a sus cuarteles de invierno, ni tras perder la Junta de Andalucía en 2018. Ya entonces, y a pesar de que el PSOE había ganado los comicios, desde Ferraz se le enseñó la puerta de salida a la ex presidenta andaluza. Ella no se dio por aludida y, con otros frentes electorale­s abiertos en 2019, se optó por esperar. En 2020 tocaba Congreso Federal y ese sería el momento de «renovar los liderazgos». Sin embargo, el coronaviru­s obligó a retrasar la cita interna a este próximo otoño, pero en la dirección federal no quieren esperar. Incluso tras el paso atrás de Miquel Iceta en las elecciones de Cataluña, dejando el camino libre a Salvador Illa, animaron a Díaz a emularle para «reforzar y renovar en algunos casos los liderazgos autonómico­s para hacer al PSOE competitiv­o en todos los territorio­s». Pero ella no está dispuesta a replegarse sin pelear.

Sánchez activa ahora un movimiento arriesgado. Somete a examen su «baraka», en una situación de debilidad tras el batacazo de Madrid. La posibilida­d de que el «efecto Ayuso» se traslade a las primarias es real y genera preocupaci­ón. Por ello, según informan fuentes del entorno del presidente, éste se mantendrá «al margen» de la campaña para evitar que un resultado desfavorab­le le sea imputable. Todo lo «al margen» que se puede mantener, teniendo en cuenta que Ferraz «patrocina» al candidato que se mide a Susana Díaz. El alcalde de Sevilla, Juan Espadas. Que ya se ha ocupado también de marcar distancias con el «aparato», asegurando que «la voz la tienen las bases, no Ferraz». Una declaració­n en la misma línea de las que hace continuame­nte la propia Díaz que reconoce abiertamen­te «no ser la candidata de Madrid». La marca Ferraz no suma en esta campaña, después del fiasco de la moción de censura de Murcia y la debacle del 4-M en la que Moncloa intervino en la estrategia y tuteló al candidato.

Batalla nacional

La batalla por Andalucía trasciende el pasado de enfrentami­entos internos y supone un punto de inflexión de cara al futuro. Con el PP de Juanma Moreno al alza en las encuestas como primera fuerza, Sánchez no se puede permitir el lujo de ceder al PP el bastión

Sánchez permanecer­á al margen de las primarias y su candidato marca distancias con Ferraz. La marca no suma Moncloa no puede permitirse el lujo de ceder al PP su bastión socialista por excelencia. Consiguió 25 escaños el 10-N

socialista por excelencia. No solo en el terreno de las autonómica­s, a las que se mira de reojo, sino también de cara a las generales. Andalucía es la región que más escaños reparte en el Congreso de los Diputados, un total de 61 en las últimas elecciones, de las que el PSOE se hizo con 25 en 2019, mientras que el PP logró solo 15. Tras el cambio de ciclo en Madrid, Sánchez necesita seguir manteniend­o el pulso del socialismo en Andalucía, seguir manteniénd­olo como pulmón que dé oxígeno a una futura victoria en las urnas en 2023.

En esta contienda interna los papeles se han invertido respecto a 2017. Díaz presume ahora de ser «autónoma del aparato» y aspira a ser la «candidata de la militancia». Las ideas fuerza con las que Sánchez logró recuperar las riendas del partido tras su traumática destitució­n en octubre de 2016. Incluso, la ex presidenta andaluza ha llamado a «votar en libertad», enarboland­o la bandera que Isabel Díaz Ayuso ha explotado contra Sánchez. La aspiración de Díaz es ser capaz de canalizar esta corriente crítica contra el Gobierno y esto se ve también en su estrategia de choque con las decisiones más controvert­idas del Ejecutivo. Ahora incluye críticas directas a su gestión, algo que no había ocurrido desde que ambos pactaran un armisticio hace dos años.

Algo que juega a favor de Díaz es la división del voto. A Espadas y ella se suman Luis Ángel Hierro y Manuel Pérez García, que deberán superar el corte de los 915 avales para adquirir la condición de candidatos. Un horizonte que previsible­mente no alcanzará Pérez García, pero sí podría hacerlo Hierro. Pertenecie­nte a la plataforma Andalucía Socialista, en su día apoyó a Sánchez contra Díaz, por lo que su irrupción restaría votos a Espadas y podría forzar una segunda vuelta el 20 de junio si Díaz y Espadas no llegan al 50%. No es en lo único en lo que Díaz lleva la delantera, la candidata lleva semanas trabajándo­se el territorio, inmersa en una gira por Andalucía en la que se está reuniendo con alcaldes, agrupacion­es y asociacion­es de todo tipo, en un movimiento calcado al de Sánchez en 2017. Mientras, Espadas hace escasos diez días que anunció su candidatur­a. Y hay quienes no ven en él la «renovación» de la que hablan en Ferraz, donde llevan demasiado tiempo calificand­o a Díaz de «fruta madura», que no acaba de caer. «Su tiempo ha pasado», señalan. Veremos si es así.

Díaz le ha «robado» el discurso al Sánchez de 2017, se reivindica autonóma del aparato y la candidata de las bases

La ex presidenta andaluza lleva meses trabajándo­se el territorio y la división del voto le favorece respecto a Juan Espadas

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Susana Díaz y Pedro Sánchez durante un mitin de las elecciones generales de 2019

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