Primer Nadal-Nole de 2021
Rafa vence a Opelka (6-4 y 6-4) y disputará la final contra el número uno del mundo en la cita anterior a Roland Garros
Que Reilly Opelka llegara a las semifinales del Masters 1.000 de Roma sin haber cedido ni una vez su servicio no es algo que vaya a asustar a Rafa Nadal a estas alturas de la película. Que el primer saque directo que le metiera el estadounidense fuera a 229 kilómetros por hora, tampoco. Sabía el español que contra jugadores así hay una palabra: paciencia... Y buena letra con tu saque, que las oportunidades llegarán. La teoría estaba escrita pero en la práctica las oportunidades llegaron más rápido de lo esperado. Eso sí, antes Opelka tuvo cuatro posibilidades de rotura en el cuarto juego, demostrando todas sus armas. Mide 211 centímetros, entonces las pelotas altas de Nadal, cuando puede golpear parado, para él son un caramelo, porque se le quedan a la medida perfecta para reventarla.Y pegaba duro y la pelota ni se veía. Otra cosa es cuando su rival lo tiene en movimiento. Ya en carrera no puede darle tan cómodo y pierde precisión, empieza a tirar más fuera y la cabeza se le va al limbo. Sacó esas cuatro bolas complicadas Nadal y a partir de ahí tuvo un partido en realidad cómodo. Tras el 2-2 y el alivio del español, llegó su turno y lo aprovechó. Consiguió restar un primero el zurdo. Un saque de esos que normalmente no vuelven, pero lo hizo y Opelka la tiró fuera y cedió su saque.
Ya estaba hecha la parte más difícil. Con rotura a favor, de la «paciencia» Rafa tuvo que pasar a la «concentración». Y lo hizo de maravilla. Sirvió bien, con buen porcentaje de primeros (un 75 por ciento), y no volvió a haber ninguna noticia o amenaza en contra ni nada parecido. Jugó cómodo el balear desde ahí y como también comenzó el segundo set con break arriba, pues el partido ya entró en una dinámica fácil de gestionar para una raqueta con la experiencia de la suya. Sólo se puso un poco más tenso de lo normal para cerrar el choque. Lo lógico. Pero vamos, tenso fue tener que hacer frente a un 30-30.
Ganó el zurdo por un doble 6-4 en apenas hora y media y en la final tendrá el primer cara a cara con Djokovic en 2021. El serbio se dio una buena paliza. Comenzó el sábado venciendo a Tsitsipas (4-6, 7-5 y 7-5) en un partido que tuvo que remontar mil veces. Para empezar, en la reanudación de un duelo que había empezado el viernes y que se aplazó por la lluvia. El choque se retomó con 6-4 y 2-1, con break a favor del griego, que lo volvió a tener contra las cuerdas en el tercer set, con 5-4 y saque. Pero no fue suficiente y la enésima resurrección de Nole le sirvió para pasar ronda. La cita fue muy exigente físicamente y por la tarde le esperaban las semifinales en un torneo comprimido por la lluvia. Contra Sonego quería ir rápido, salió a por todas, pero ni mucho menos (6-3 y 6-7 [5/7] y 6-2). Sólo el segundo set duró 90 minutos. El italiano ofreció una resistencia fantástica, salvando bolas de break e incluso dos de partido al resto con 6-5 en ese segundo parcial. Forzó el desempate, lo ganó con buenos golpes y mucha pasión e incluso arrancó el tercer parcial con un 0-40. Menuda semana de ensueño ha firmado, lo que le hará crecer seguro. El remate hubiera sido superar al mejor jugador del momento.
La apasionante jornada de sábado fue el preámbulo de lo que espera: el primer Nadal-Djokovic del curso, y además a dos semanas de que empiece Roland Garros, el gran objetivo que tienen ambos: Rafa para llegar al Grand Slam número 21 y Nole para intentar conquistar el décimo noveno y situarse a uno del español y de Federer. También será el primero desde la paliza que le dio el español en la última final de París. «Lo que pase aquí no hará una gran diferencia para las próximas semanas», opinó el balear. Djokovic es el que más veces ha vencido a Nadal en tierra batida: hasta en siete ocasiones. Tres de ellas han sido en Roma.