ANDROPAUSIA (I)
LaLa testosterona, producida por los testículos, es la más importante de las hormonas sexuales del hombre. No sólo es responsable de algunos elementos diferenciadores los hombres, como el vello facial y corporal, la regulación de la glucemia o del colesterol en sangre o la diferencia en la masa muscular, es también una de las partes implicadas en la salud ósea y el deseo sexual.
Conforme pasan los años, los niveles de esta hormona disminuyen debido al envejecimiento (andropausia). Esto provoca que con la edad se pierda apetito sexual y se tengan menos erecciones entre otras consecuencias. La bajada de los niveles de testosterona comienza alrededor alrededor de los 40 años y avanza a un ritmo de un nivel del 1% anual. Tener los niveles por debajo de los límites no es normal y puede afectar a nuestra calidad de vida y a nuestra salud.
Los síntomas suelen ser bastante difusos y muchos hombres no los mencionan en la consulta, lo que produce que haya muchos menos casos de los que tenemos diagnosticados. Muchos pacientes acuden a la consulta del especialista porque se dan cuenta de que han perdido el deseo sexual o se encuentran decaídos anímicamente y, en muchos casos, se asocian problemas de disfunción eréctil, pérdida de energía o disminución de la fuerza.
Algunos de los síntomas que pueden sugerir esta bajada de los niveles de testosterona pueden ser el dolor de mamas o el crecimiento de estas, disminución del tamaño de los testículos, pérdida de vello corporal, tener que afeitarse menos e, incluso la presencia de sofocos. Además, estos bajos niveles de testosterona también tienen relación con la producción de células rojas sande guíneas, pudiendo llegar a causar anemia, depresión y dificultades de concentración.
También pueden darse una menor producción de semen, pérdida de masa muscular, insomnio o pérdida de memoria. Uno de los mitos que hay que desterrar es que los bajos niveles de testosterona causen calvicie, ya que esta viene determinada por factores genéticos entre otros.