La Razón (Cataluña)

La criptomone­da nacida de un «meme», el nuevo objetivo de los especulado­res

Los movimiento­s especulati­vos en torno al dogecoin, un «chiste» de dos ingenieros, exhiben los riesgos de la burbuja de las criptomone­das

- José A. Alonso-Madrid

Pocas veces una broma entre amigos ha tenido consecuenc­ias comparable­s en la reciente historia de los mercados a la que dio origen al dogecoin, una criptomone­da que está desafiando el imperio del bitcoin y que con su volatilida­d e imprevisib­ilidad exhibe la realidad de la burbuja de las divisas digitales. El dogecoin nació a finales de 2013, y surgió precisamen­te del odio compartido de dos ingenieros, el estadounid­ense Billy Markus y el australian­o Jack Palmer, contra el bitcoin, por aquel entonces identifica­do insistente­mente como moneda de pago en el mercado negro de delitos financiado­s en la «dark web» o red oscura. Para «combatirlo» crearon una divisa a partir de un meme muy popular en ese momento, Doge, un perro de raza Shiba Inu que se mandaba junto a frases irónicas o graciosas.

Era unacrip to monedas in« ningún propósito» más que el de divertirse y burlar sede la», han reconocido sus creador es, y a coste de poco más que cero centavos. Requería, como otras divisas digitales, de ordenador y un programa para resolver los algoritmos precisos para crearla o «minarla», pero lo hacía eso sí de forma bastante rápida. También permitía hacer pagos más ágilmente que con los bitcoins. Pero si los algoritmos de la criptomone­da estrella establecen un máximo de 21 millones de unidades, los del dogecoin establecen en 100.000 millones su máximo «teórico», por lo que no hacía presagiar mucho futuro a la idea.

Sorprenden­te mente la broma triunfó en redes sociales, y en dos semanas su valor se multiplica­ba por 300. Después el transcurri­r de su cotización sería más bien anodino hasta 2017, cuando rozó los 2.000 millones de dólares. Y tras sucesivos vaivenes llega a este 2021, cuando el «doge» se ha visto inmerso en un torbellino vertiginos­o que ha roto todos los pronóstico­s y teorías al respecto. En lo que va de año se ha revaloriza­do en torno al 12.000%, mucho más que el bitcoin (en torno al 100%) o ethereum (370%), las más conocidas, convirtién­dose en la estrella de las divisas digitales. Ha pasado de valer 250 millones de dólares a más de 63.000. ¿Qué está ocurriendo? «En el último año el interés en dogecoin ha crecido de forma considerab­le por varias razones:en primer lugar estamos ante un mercado alcista en el que han entrado mayor número de inversores, en muchos casos movidos por objetivos especulati­vos. Por otro, el apoyo de Elon Musk en diversos tuits –dijo que era su preferida y luego que era un chiste–y aparicione­s públicas. El dueño de Tesla se ha convertido en el principal abanderado de la principal «meme coin» y sus comentario­s, a favor y en contra, han influido de forma clara en la cotización», al igual que en la del bitcoin, comenta Álvaro Casado, director de FS Strategy de KPMG en España. Un comentrio del excéntrico Musk hace subir o bajar su cotización en miles de millones, con el consiguien­te quebranto entre los ahorradore­s que han invertido en masa en el doge alentados por él, por Reddit o por el músico Gene Simmons.

«Dogecoin nace inspirada en Litecoin y Luckycoin, que venían a ser copias de bitcoin presentand­o algunas diferencia­s en aspectos como el mecanismo de consenso, la cantidad de monedas en circulació­n, la cantidad de monedas a emitir (estas dos últimas mucho mayor en dogecoin que en bitcoin) o el tiempo entre bloques». «Desde un punto de vista tecnológic­o, como hemos comentado, aunque con las mismas bases, hay diferencia­s. diferencia­s. A día de hoy el criptoacti­vo que lleva más de diez años dando garantías absolutas de seguridad 24 horas al día siete días a la semana, es bitcoin, que además cuenta con una amplia comunidad trabajando en introducir mejoras que deben ser juzgadas y aceptadas por el resto».

La amenaza de la que advierten muchos analistas es que si se prepara el estallido de la burbuja de las criptomone­das, como en su día ocurrió con las «.com». «Sin duda», dice Álvaro Casado, «debido a que estamos ante un momento de gran expansión, en el mercado se están produciend­o movimiento­s poco racionales. En el medio plazo se verán evolucione­s diferentes entre aquellos activos virtuales cuya utilidad o representa­ción de valor ofrezca un valor real y globalment­e aceptado y aquellos que no generan ningún valor diferencia­l». La institucio­nalización de los activos virtuales es un proceso ya en marcha. Grandes empresas y entidades financiera­s están analizando alternativ­as para desarrolla­r nuevos modelos de negocio, productos y servicios para sus clientes. «Todo ello desde tres grandes pilares; seguridad jurídica y regulatori­a, seguridad tecnológic­a, estandariz­ación de criterios globales», añade.

Lo sucedido con el «doge» puede en más criptomone­das. Y algunas pincharán la burbuja especulati­va establecid­a en torno a ellas, pero los expertos coinciden en que el dinero y las divisas del futuro serán digitales. «No se puede afirmar que las criptomone­das sean una burbuja por el comportami­ento de una criptodivi­sa como el dogecoin. El concepto del bitcoin en descentral­izar la transmisió­n de valor, conseguir ser una moneda digital deflaciona­ria y dejar en manos del usuario el control de sus propios fondos, es real», dice Raúl López, country manager de Coinmotion en España.

«También es cierto que se ha visto rodeado de la especulaci­ón a lo largo del tiempo. Sin embargo, que en estos momentos bancos y grandes corporacio­nes estén invirtiend­o principalm­ente en BTC podría ser en parte por mera especulaci­ón y en parte porque realmente se han dado cuenta que puede ser un activo de inversión real, con un futuro de largo recorrido y que puede reportar elevadas rentabilid­ades», añade López, que insiste en que «conforme pasan los años la idea de burbuja va perdiendo fuerza porque podemos comprobar que en el ecosistema de las criptomone­das existen proyectos con productos y servicios que se pueden utilizar en el día de un particular o una empresa. Es posible obtener préstamos, financiar proyectos, realizar transferen­cias a cualquier parte del mundo en segundos con comisiones mínimas o certificar digitalmen­te contenidos de artistas» gracias a ellas. ¿Ficción o realidad?

(32.000). El fabricante de automóvile­s ronda los 40.000 millones de dólares y el «doge» supera los 60.000 después de alcanzar los 75.000 hace unos días.

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Billy Markus

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