La Razón (Cataluña)

La izquierda aguanta

- Lorente Ferrer

La revolución electoral del 4-M en Madrid se extiende como el levantamie­nto del 2 de mayo de 1808. Obviamente modulado y adaptado a cada realidad regional. En el caso de Andalucía en el plazo máximo de año y medio estaremos en campaña electoral. Salvo sorpresas (si no hay repetición en Cataluña), debería ser la próxima cita electoral, fijada para finales de 2022, y última (si no hay adelanto de generales) antes de mayo de 2023, medio año antes de las elecciones municipale­s en toda España y autonómica­s en catorce de las diecisiete autonomías. Por lo tanto, más que nunca las elecciones andaluzas serán un termómetro y un anticipo de los que será la campaña local y autonómica de mayo de 2023.

Observar de cerca los movimiento­s de votantes en Andalucía nos adelantará qué puede suceder en la región. En la encuesta de NC Report se constata, en primer lugar, un fortalecim­iento del bipartidis­mo con respecto a los resultados de 2018, que pasaría del 48,6% al 60,9%. Son 12,3 puntos porcentual­es más. Pero que afecta de manera desigual a los dos principale­s partidos, mientras que el PSOE gana 2,8 puntos, el PP lo hace en 9,5. Y es que el hundimient­o de Ciudadanos es el principal artífice del reforzamie­nto del bipartidis­mo; pasa del 18,3% a tan solo el 6,8% de los votos. El efecto Madrid hace que el 49,1% de sus votantes marchan al PP y Vox (38,1% para los populares y el 11,0% para Vox). Otro 13,8% se trasvasa al PSOE, el 7,7% se abstendrá y tan solo el 29,3% volvería a votar a Cs. Las derechas obtendrían la mayoría absoluta nuevamente, PP y Vox pasarían de 38 a 54 escaños, y junto a los 3 de Cs superarían la barrera de los 55.

Andalucía certifica el proceso de reunificac­ión del centrodere­cha. Ahora bien, la izquierda andaluza, hegemónica hasta 2018, no se ve tan afectada como la madrileña. No hay debilitami­ento del PSOE a favor de las otras dos candidatur­as de la izquierda; Unidas Podemos por Andalucía (la confluenci­a de UP en la región) y Andalucía No Se Rinde, de Teresa Rodríguez. Estas dos formacione­s integraban Adelante Andalucía en 2018 y desde 2020 va cada una por un lado.

El electorado del PSOE de Andalucía, mayoritari­amente respalda a Susana Díaz, su principal referencia, por lo que el desgaste de Sánchez no le ha afectado como en la Comunidad de Madrid, incluso recibe voto transversa­l procedente de Cs, que de lo contrario la suma en solitario de PP y Vox alcanzaría la mayoría absoluta.

En cuanto a los anteriores integrante­s de Adelante Andalucía, tampoco padecen el efecto negativo de Iglesias, y prácticame­nte sumarían en porcentaje de voto lo mismo ahora que AA en 2018. La principal fuerza de Unidas Podemos por Andalucía es Izquierda Unida de Andalucía, con mucho mayor apoyo e implantaci­ón histórica que Podemos. Mientras que ANSR de Rodríguez, quedaría sin representa­ción. Podemos concluir que el distanciam­iento de los socialista­s andaluces de Moncloa, así como la autonomía y personalid­ad propia de IU de Andalucía, salvan a la izquierda de un nuevo caos como 2018. En el que el desembarco en la campaña de Sánchez e Iglesias fue más negativo que positivo. En aquellas regiones con un PSOE o un UP más próximos al gobierno actual, el resultado será negativo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain