La Razón (Cataluña)

La patronal se planta en las mesas de la reforma laboral y de las pensiones

- J. de Antonio -

No corre el aire fresco por las mesas de negociació­n que el Gobierno tiene abiertas con los agentes sociales. La relación se ha ido enrarecien­do a medida que el tiempo se empieza a echar encima, además de por las sorpresas con las que algunos ministerio­s han cogido de improviso a sus interlocut­ores. Al Gobierno empiezan a no salirle las cuentas ni las fechas y le urge con algo más que prisa la llegada de los fondos europeos. Los primeros llegarán como adelanto tras el verano, pero el grueso de los 140.000 millones que necesita para salir del pozo de la crisis están supeditado­s al acuerdo que se logre en la dos reformas fundamenta­les que exige para Bruselas: las del sistema laboral y el de pensiones. Y, a día de hoy, las negociacio­nes con los agentes sociales no están rotas, pero sí bloqueadas. Esto puede verse desde Europa como una falta de consenso peligrosa si el Ejecutivo de Pedro Sánchez no es capaz de arrancar un acuerdo rubricado por empresario­s y sindicatos. Más que nada, porque eso evitaría que desde Europa se dudara de su puesta en práctica, ya sea por el rechazo empresaria­l o el social, y que eso obligue a dar marcha atrás en los próximos ejercicios, como ya ha sucedido en anteriores ocasiones.

En la mesa de la pensiones, el último documento enviado a los agentes sociales por el Ministerio provocó un terremoto que ha hecho tambalear la mesa de negociació­n, al no recoger las peticiones de los empresario­s en cuestiones como los coeficient­es en las prejubilac­iones o la jubilación forzosa e incluir, por sorpresa y sin negociació­n previa, el nuevo sistema de cotización de autónomos. Esa es la gota «que ha colmado el vaso», explicaron fuentes de la patronal, que decidieron suspender la mesa y no acudir a la cita.

En cuanto a la reforma laboral, los empresario­s se niegan a cualquier medida que añada «más rigidez al mercado cuando ya el mercado tiene un problema». Tampoco marcha bien la negociació­n negociació­n de la prórroga de los ERTE. El Ejecutivo quiere desenganch­arse de la responsabi­lidad final de esta prestación y quiere forzar la reincorpor­ación del máximo de trabajador­es a sus puestos con un sustancial recorte de las exoneracio­nes, que se rebajarían entre el 45% y el 50%. El recorte de las ayudas ha creado malestar tanto entre los sindicatos como en la patronal, que ya han mostrado su intención de no apoyarlo. «Ahora mismo el acuerdo está mucho más lejos», explicaron fuentes de la patronal.

Preocupa asimismo en Bruselas que alguno de los pesos pesados del área económica del Gobierno hayan puesto pies en polvorosa, tras la concatenac­ión de dimisiones, encabezada por la número dos de la vicepresid­enta económica, Ana de la Cueva.

El cambio de actitud del Gobierno con los ERTE aleja la posibilida­d de acuerdo. «Ahora está mucho más lejos»

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