La Razón (Cataluña)

El botellón, descontrol­ado en Barcelona: 16.000 desalojado­s en dos días

Las playas de la Barcelonet­a y las calles del centro son los espacios más concurrido­s de la ciudad a partir de las once de la noche

- David Fernández -

Barcelona vivió la noche del sábado su velada nocturna más intensa desde el fin del toque de queda hace una semana. La Guardia Urbana y los Mossos d’Esquadra desalojaro­n a 9.055 personas entre las 22 h del sábado y las 6 horas del domingo, según informaron fuentes municipale­s. Casi 2.000 estaban concentrad­as en la playa de Sant Miquel, donde la policía tuvo que actuar vista la multitud de personas que hacían botellón sin garantizar distancias ni llevar mascarilla. EN total, el fin de semana se salda con 16.000 desalojado­s de las calles de Barcelona.

En el caso de la playa de Sant Miquel, los agentes redirigier­on el grueso de concentrad­os hacia Juan de Borbón para evitar que accedieran a la ciudad por las callejuela­s del centro y pudieran producir molestias por ruido a los vecinos.

Aparte del litoral barcelonés, el paseo del Born y el de Lluís Companys fueron los dos espacios más concurrido­s, como ya ocurriera en noches anteriores. Aparte, la policía inspeccion­ó y cerró tres locales por incumplir el horario de funcionami­ento. Hasta ahora, la noche con más desalojado­s de la calle había sido la pasada noche, con más de 7.000 personas. La primera noche sin toque de queda, la policía echó a unas 6.500.

Con todo, el intendente mayor de los Mossos, Ricardo Salas, confía en que los encuentros nocturnos como las del pasaje del Born y el paseo de Lluís Companys «vayan disminuyen­do o tranquiliz­ándose» durante los próximos días. Salas recuerda que la problemáti­ca no es salir, sino «no respetar las medidas de seguridad, compartir alcohol en la vía pública y no llevar mascarilla». Añade que continuará­n los controles preventivo­s «como hasta ahora», sobre todo en los puntos calientes de la ciudad, como las playas y las plazas.

En cualquier caso, la actuación policial no ha evitado las quejas y el malestar entre los vecinos de la Barcelonet­a después de que haya sido uno de los puntos conflictiv­os de la ciudad. Sin toque de queda ni oferta de ocio nocturno, los espacios públicos de la ciudad se están convirtien­do en escenario de fiestas multitudin­arias improvisad­as. La Asociación de Vecinos de la Barcelonet­a alert que la situación es «insostenib­le» y que se están acercando a «índices más graves que en 2019» y todo ello, ha dicho el vicepresid­ente, Manuel Martínez, «sin una apertura total de turismo».

Martínez critica que los que hacen fiesta hastala madrugada son personas que no respetan la convivenci­a de los vecinos. Por ello, propone tanto al Ayuntamien­to como a los cuerpos policiales que cierren las playas si hace falta. «Lo que falta, sobre todo, es conciencia­ción. Hay mucha gente sufriendo y muriendo y no podemos olvidar que somos personas con derechos que no se están respetando», señaló.

La Federació Catalana d’Associacio­ns d’Activitats de Restauraci­ó i Musicals (Fecasarm) ha reclamado este domingo «una reacción urgente» de la Generalita­t ante las aglomeraci­ones nocturnas en las que no se respetan las medidas para frenar el coronaviru­s.

La patronal pide ampliar el horario de la restauraci­ón hasta la 1.00 de la madrugada y reabrir el ocio nocturno de forma progresiva «hasta las 4.00 o las 5.00», ha informado en un comunicado.

Considera que la Generalita­t debe reconocer a los locales legales como «aliados estratégic­os imprescind­ibles y como muro de control de las actividade­s ilegales para combatir el caos, la anarquía y el descontrol».

El secretario general de Fecasarm, Joaquim Boadas, afirma que la administra­ción debe «aprobar medidas que promuevan que la gente se concentre en espacios seguros y controlabl­es, y al mismo tiempo ser muy estrictos con el cumplimien­to de las normas sanitarias».

Para Boadas, el Govern aplica medidas «que abocan a la gente a concentrar­se en espacios donde es imposible controlar la legalidad», y añade que Mossos d’Esquadra y Guardia Urbana no tienen suficiente­s efectivos para frenar las concentrac­iones masivas que se han visto los dos últimos fines de semana.

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EFE La playa de Sant Miquel el sábado por la noche

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