La Razón (Cataluña)

UNA DERROTA QUE HACE DAÑO A KOEMAN

EL BARÇA CAE ANTE EL CELTA Y SIGUE CON SU TERRIBLE FINAL DE CAMPEONATO, CON EL FUTURO DEL TÉCNICO Y DE MESSI EN EL AIRE

- FRANCISCO MARTÍNEZ

ElEl Barcelona está acabando la Liga de muy mala manera. Después de remontar de forma encomiable hasta doce puntos al Atlético y de tener la posibilida­d de ponerse líder, su caída en picado ha sido muy abrupta. Falló contra el Granada, empató contra el Atlético, empató contra el Levante y ha perdido contra el Celta, para devolver devolver al ambiente ese sabor de boca agrio que hubo al comienzo del curso y que había conseguido quitarse con esa recuperaci­ón desde diciembre hasta marzo y con la conquista de la Copa del Rey. Pero se le ha hecho largo este tramo final y está pidiendo la hora. El problema es que es un momento en el que hay muchas cosas que decidir: para empezar, el futuro del técnico, Koeman, a quien le hace mucho daño esta derrota. Hubo una comida con el presidente y desde el club tampoco hay palabras demasiado acogedoras con el holandés, ni todo lo contrario. Y después, saber qué pasa con Messi, que parecía que había recuperado la ilusión, pero estos tropiezos le pueden devolver a la melancolía.

El Barcelona de esta temporada es el equipo que tropieza dos (y más) veces con la misma piedra. De nuevo tuvo un buen comienzo de partido, se puso por delante en el marcador, dominaba con la pelota y en la presión para recuperarl­a pronto, pero la primera vez que el Celta tuvo algo parecido a una ocasión, para dentro, empate y vuelta a empezar. Santi Mina recibió el pase de Iago Aspas al borde del área, Piqué le dio algo de distancia y el disparo del delantero sorprendió a Ter Stegen. Una de una para los vigueses tras casi 40 minutos jugados.

Tampoco es que tuviera mil opciones claras ante la portería de Villar, pero sí generó lo suficiente como para no marcharse al descanso en empate. El tanto de los azulgrana fue de Messi, aunque un trocito se lo tendría que dar a Busquets, que le puso el balón teledirigi­do a la cabeza. Por décimo año el argentino alcanza los 30 goles, algo que en el siglo pasado era una proeza lograr una vez. En esta ocasión no va a servir para ganar el título entre otras cosas por esa fragilidad que ha mostrado el Barça.

Koeman movió ficha con sorpresa: entró Riqui Puig y Pedri se quedó en el banquillo. Pero su equipo volvió a quedarse sin capacidad de reacción. Su segunda mitad fue floja, ya sin ideas y sin tener el gol salvador de Messi. Jordi Alba empezó a dejarse ver por la izquierda, pero sus centros no encontraba­n rematador. El Celta también empezó a soltarse y a hacer trabajar a Ter Stegen, que detuvo la primera, sufrió en la segunda, uno de esos centros que se envenena; y claudicó en la tercera, ya con Lenglet expulsado, en otro balón lateral que le sobrepasó y que fue al poste para que Mina empujara el rechace. Tuvo un poco de suerte el Celta, sí, pero el Barça volvió a demostrar que está por hacer. Lo que no se sabe es si la reconstruc­ción la continuará Koeman y si será con Messi.

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FOTOS: AP Y EFE Messi, cabizbajo después de que el Barcelona sufriera una nueva derrota

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