Sánchez rebaja la crisis a mero «asalto»
DESDE ESPAÑA El Gobierno ya reconoce que acoger al líder del Frente Polisario es el detonante
La situación en Ceuta va volviendo paulatinamente a la normalidad. Así al menos lo esperan en el Gobierno, que valoran positivamente el hecho de que Marruecos haya procedido a cerrar sus fronteras. En el Ejecutivo consideran que Rabat ha reaccionado y ha dado marcha atrás en su «desafío», ante el mensaje de «firmeza» que trasladó Pedro Sánchez, coordinado, a su vez, con la Unión Europea. «A Marruecos no le interesa un enfrentamiento con nuestro país ni con la UE. Tiene mucho que perder», destacan fuentes gubernamentales, que ponen énfasis en la contundencia contundencia del presidente del Gobierno, que volvió a repetir ayer en la sesión de control en el Congreso que se garantizará la «integridad» de Ceuta «bajo cualquier circunstancia».
En todo caso, en Moncloa tratan de minimizar lo ocurrido y no lo quieren calificar de «crisis migratoria», sino de «asalto». Un hecho aislado, ejecutado como medida de presión por parte de Marruecos, pero que no enmienda la «política migratoria» que está haciendo el Gobierno con resultados, «al contrario que otros Ejecutivos precedentes», apuntan. En Moncloa destacan que se está trabajando en origen para desarticular mafias de tráfico de personas, más allá del reforzamiento de los efectivos en frontera para contener el éxodo masivo que se ha visto en los últimos días. Se descuenta que, aunque la tensión haya bajado, la situación sea «más tranquila» y la policía alauita ya «esté haciendo su trabajo», todavía queda por recoser la relación con Rabat, algo que creen que sucederá una vez que la embajadora de Marruecos en España vuelva, después de haber sido llamada a consultas por su país.
En el Ejecutivo sí se hace autocrítica y ya se reconoce que la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, ha sido el «detonante» de la situación. «Hay un rechazo a un gesto humanitario de nuestro país que crea una crisis migratoria», una «respuesta unilateral» a la hospitalización del líder saharaui, reconoció la ministra de Exteriores en RNE. En Moncloa asumen que el hecho de que se tratara de «motivos humanitarios» no ha sido comprendido por Marruecos.
En Moncloa creen que la crisis diplomática no se resolverá hasta que la embajadora vuelva a España