Más allá de Ceuta
Toda crisis cuando amaina necesita su reflexión y su toma de decisiones. Lo que está sucediendo en Ceuta obliga a examinar el papel de la diplomacia española, su deambular por el mapamundi de hule y su concatenación de meteduras de pata. La ministra Laya el martes suspendió el encuentro con la Presidenta de La Rioja. ¿Qué podía salir mal llevando al líder del Frente Polisario a una ciudad de provincias donde todos se conocen y todo se conoce? Pues, efectivamente… todo. El hecho de que ahora no firme la citación del juez Pedraz que le tiene que interrogar por torturas es un suma y sigue a una decisión que me cuesta creer contara con el visto bueno del presidente del Gobierno. Siempre puede largarse sin responder ante la justicia y llevar lo «humanitario» hasta la impunidad. Fin de la historia.
Sánchez tiene derecho a tener un enfado importante. Por la geopolítica y por esas cosas que no pueden fallar. ¿Cómo puede ser que el coche de un presidente sea golpeado? Los fallos de seguridad cuando no pasa nada enseñan lo que podría pasar o convertirse en rutina. Las imágenes en el helicóptero ilustran una decisión valiente a la que le han obligado las torpezas de los suyos y la falta de atención a las señales y los informes.
Ahora es momento de estar con el Gobierno de España, pero Pedro Sánchez necesita tomar aire y en política eso suele traducirse en una remodelación del Gabinete. La única crisis de Gobierno se la hizo Iglesias y lo de la Comisión de Secretarios de Estado y Subsecretarios sacando a dos para alivio de sus jefes camino de la Asamblea de Madrid no fue mas que un parche.
Ceuta es la manifestación de una debilidad detectada por un tipo caprichoso, soberbio y sátrapa que quiere ser tratado como un Rey por sus súbditos y los gobierno vecinos… pero es un síntoma.