«Sin Iglesias los trapos sucios se lavan en casa»
Podemos se desmarca de sus ministras y pide un referéndum
El Gobierno de coalición se ha enfrentado esta semana a la primera prueba de fuego de su unidad interna tras la salida de Pablo Iglesias. La crisis migratoria en Marruecos y el debate de la Ley Trans, auspiciado por ERC en el Congreso, son dos cuestiones sobre las que existen importantes diferencias de fondo en su abordaje dentro del Gabinete y que bien podrían haber puesto de manifiesto las dos almas que conviven en Moncloa. Sin embargo, a diferencia de otras ocasiones, estas discrepancias se han minimizado en público, se han tratado «por debajo del radar», según señalan a este diario fuentes gubernamentales.
El cambio de actitud va en la línea del giro de timón que ha establecido Yolanda Díaz al asumir las riendas de Unidas Podemos en el Gobierno. Desterrando la política del titular y del tuit y centrándose en las batallas que hay que dar. «Ahora los trapos sucios se lavan en casa», señalan a LA RAZÓN desde Moncloa, donde no ocultan que la salida de Iglesias ha mejorado el clima interno. El ejemplo más notable se aprecia con las devoluciones en caliente a las que el Ejecutivo está procediendo sistemáticamente con quienes cruzan de manera ilegal la frontera de Ceuta. Esto coloca a los morados, que las rechazan, en una situación muy comprometida. Especialmente a la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra.
Sin embargo, en Moncloa han incluido a Belarra en el Comité de seguimiento de la crisis migratoria en Ceuta, de manera que sea corresponsable de las decisiones que tome el Ejecutivo. Fuentes presentes en la reunión que se celebró por primera vez enlatar de del martes, aseguranqueB el arrase mostró« muyla situación de los menores
Los morados trasladan que Díaz se encuentra «encantada» con el Gobierno y aseguran acuerdo en la ley Trans
no acompañados. Una preocupación que comparten en el Ejecutivo. Aunque, si bien desde la cuota morada han optado por respaldar al Ejecutivo en la crisis en Ceuta, desde el partido volvieron a abonar ayer la reclamación histórica que encarnaba Iglesias: pedir la libre determinación para el Sáhara. Algo que, de momento, no han desautorizado.
En Moncloa se felicitan de la unidad existente y creen que se debe a que los morados tienen ahora mismo «abierto en canal» el partido, inmerso en un proceso de renovación interno, que afecta a la propia Belarra. Desde la cuota morada también reconocen el buen clima y repiten como mantra que la política de la confrontación está ya enterrada. Prueba de ello es que, desde el entorno cercano a la vicepresidenta se señala que la Prensa no se enterará de las reuniones que, por ejemplo, puedan mantener Sánchez y Díaz, para resolver cualquier conflicto que encalle dentro de Moncloa. Una diferencia notable si se compara con la política desplegada por el ex vicepresidente.
En cuanto al balance de Yolanda Díaz dentro del Gobierno, ahora que se cumple un mes de su liderazgo, las mismas fuentes señalan que se encuentra «encantada» de gobernar con el PSOE y en cuanto a futuras disputas en asuntos clave como la Ley Trans o la Ley de Vivienda, zanjan que «seguro llegaremos a un acuerdo». Otra pista que aleja al «nuevo Podemos» de las tácticas de presión que empleaba Iglesias para tratar de convencer a los socialistas, precisamente en las mismas batallas que ahora descartan airear.