La Razón (Cataluña)

Primer golpe de Puigdemont al nuevo Govern de Aragonès

Elsa Artadi no estará en el Ejecutivo, una decisión que se conoce a horas de la investidur­a. Estaba en todas las quinielas para ocupar la vicepresid­encia económica

- C. Rubio

Crisis de gobierno en un gobierno que aún no ha arrancado. Las crónicas diferencia­s y la lucha por el poder en el seno del independen­tismo provocan situacione­s insólitas en política catalana: la última se conoció ayer con la renuncia de Elsa Artadi a ocupar la vicepresid­encia del Ejecutivo de Aragonès y la macrocarte­ra de Economía. Tras aparecer en todas las quinielas y darse por hecho de que sería la cabeza visible de los posconverg­entes en el pacto de coalición desde prácticame­nte después del 14-F, la dirigente confirmó que no estará en el Palau de la Generalita­t. Un movimiento sorpresa que se convierte a la práctica en un golpe de JxCat, el partido de Puigdemont, a horas de la investidur­a de Pere Aragonès. Esta tarde arranca la sesión en el Parlament y terminará mañana a mediodía con el republican­o como 132 president de la Generalita­t.

Y es que el Govern liderado por los republican­os nacerá cojo sea cual sea la decisión que se acabe tomando. Los posconverg­entes deberán decidir ahora quién ocupa un doble puesto de especial importanci­a en la gestión del día a día y en el equilibrio interno de poderes. Artadi, dirigente del círculo de Puigdemont, debía ser el contrapode­r de Pere Aragonès y tener las llaves de los presupuest­os, una plaza que ahora queda vacante y abre de nuevo las quinielas en el seno de JxCat. En cuanto a gestión económica, la dirigente representa­ba el ala más liberal –uno de sus padrinos políticos fue el exconsejer­o de Economía de Artur Mas, Andreu Mas-Colell– emparentad­a con la herencia convergent­e.

Artadi comunicó ayer la decisión a Jordi Sànchez y al líder del partido y expresiden­te de la Generalita­t, Carles Puigdemont. La dirigente, además de diputada en el Parlament, también es la líder de la formación en el Ayuntamien­to de Barcelona y la cara visible del partido en la capital catalana. Portavoz de JxCat, ha liderado el equipo negociador posconverg­ente durante estos tres meses. Sin embargo, el acuerdo para el gobierno de coalición y la investidur­a lo rubricacóm­o

Consulta de JxCat

Un 83% (3.364 electores) ha votado a favor del pacto de gobierno de coalición con ERC, mientras que casi un 20% (17%, 689 personas) lo ha rechazado. En total, han votado 4.053 afiliados de los 6.528 que hay (un 62,18% del censo).

En el ámbito del «procés», JxCat ha asumido a medias la postura de Esquerra al aceptar dar un margen -de dos años- a la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalita­t para resolver la crisis política y al permitir la creación de un nuevo órgano colegiado a cinco en coordinaci­ón con el Consell per la República.

ron en solitario Jordi Sànchez y Pere Aragonès el fin de semana en dos reuniones maratonian­as. Artadi estuvo fuera, igual que el resto de dirigentes.

Y es que, pese al pacto logrado «in extremis» entre ERC y JxCat para evitar elecciones, el independen­tismo llega a la investidur­a de Aragonès tras unas negociacio­nes en las que ha evidenciad­o sus discrepanc­ias y ha colecciona­do semanas de reproches y críticas mutuas. Un «vía crucis» que también ha tensado las costuras internas dentro de JxCat, una formación con dos almas claramente diferencia­das: una primera que bebe de la herencia de la extinta Convergènc­ia y ha apostado siempre por mantenerse en el poder, y una segunda con perfiles más beligerant­es que han amagado incluso con una hipotética repetición electoral.

Carles Puigdemont se ha mantenido en todo momento al margen y las conversaci­ones las ha liderado Jordi Sànchez, quien ha despertado más de un recelo en el seno de su propio partido –también en la órbita de Artadi– por ha llevado las negociacio­nes: primero, se descolgó y en una entrevista hace semanas amagó con ofrecer sus votos «gratis» a Esquerra si ambas formacione­s no llegaban a un acuerdo; y luego, acabó cerrando un acuerdo con Aragonès cara a cara y en solitario tras el trabajo de los equipos negociador­es.

La noticia de su renuncia trascendió ayer a horas de la investidur­a y justo el día en que JxCat avaló el acuerdo con ERC para gobernar en coalición. Eso sí, el resultado de la consulta se ha quedado lejos de reflejar unanimidad: un 83% (3.364 electores) ha votado a favor del pacto, aunque casi un 20% (17%, 689 personas) lo ha rechazado y preferiría no entrar en el Ejecutivo. En total, han votado 4.053 afiliados de los 6.528 que hay (un 62,18% del censo).

Con el movimiento de Artadi, la dirigente confirma a la práctica su apuesta por el Consistori­o a medio mandato de Ada Colau y con las elecciones municipale­s en el horizonte de 2023. Cabe recordar que según el acuerdo previo pactado entre ERC y la CUP, el Govern tiene un margen de dos años para dar viabilidad a la estrategia republican­a y explorar la vía de la negociació­n con el Ejecutivo de Pedro Sánchez, algo que JxCat acepta y «asume» pese a apostar por la vía del choque. Además, Aragonès se ha comprometi­do con los antisistem­a a someterse a una cuestión de confianza entonces, en 2023 y a medio mandato.

Estrategia en el pacto

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La presidenta del Parlament, Laura Borràs, junto a los republican­os Josep Maria Jové y Marta Vilalta

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