La quimera del teatro
Autor y director: Selu Nieto. Intérpretes: Selu Nieto y Esther Alonso. Sala Cuarta Pared, Madrid. Hasta el 23 de mayo.
Vuelve Teatro a la Plancha con una nueva, divertida, surrealista y crítica aproximación a la sociedad y al hombre contemporáneos. Ambientando la obra en un futuro muy próximo y, por tanto, muy preocupante
–en 2024–, el dramaturgo, director y actor Selu Nieto, a quien acompaña en el escenario Esther Alonso, coloca esta vez en el centro de su diana el mundo del teatro para lanzar un envenenado dardo a la situación que atraviesa el sector en la actualidad. Protagonizan «Dolores (con las alas del amor salté la tapia)» dos miembros de una decadente compañía instalada en las ruinas de lo que tal vez una vez fue un espacio dedicado a la representación –o quizá sea simplemente el escenario de la vida–; después de «trece años de residencia artística», y a pesar de los sinsabores que les ha deparado esta ocupación, siguen soñando con volver a hacer teatro. La precaria situación del oficio y el patetismo que puede inspirar el hecho de mantenerse fiel a una vocación artística son los asuntos primordiales que aborda Nieto con un personal estilo –claramente deudor de La Zaranda– en el que conviven el feísmo, la chirigota, la sátira, el folclore y la ensoñación. La lúgubre escenografía de Alessio Meloni, iluminada convenientemente por Alberto Hernández de las Heras, y el harapiento vestuario diseñado por Paloma de Alba ayudan a poner al espectador frente a un microcosmos onírico y esperpéntico en el que, no obstante, se reconoce sin esfuerzo la descorazonadora realidad. La propuesta está bien levantada y el ingenio para metaforizar nuestra sociedad es indiscutible, pero, igual que en otros trabajos de la compañía, el desarrollo de la acción es escaso y algo reiterativo.
El eficaz expresionismo escénico es insuficiente para suplir la escasez de acción La capacidad para deformar la realidad sin que deje de ser reconocible