Daniel Luque: «Hoy todos felicitan, pero ayer ni llamaban»
El diestro sevillano es consciente de lo inmediata que es la gloria del triunfo
Esperaba estar ya de vuelta en Sevilla, pero sus planes han cambiado. Las dos orejas que Lugue conquistaba en Vistalegre le reportaban el premio inmediato de sustituir a Emilio de Justo solo dos festejos después de su gesta. Emilio también entraba en el cartel sustituyendo a otro compañero, a Ferrera, que se borraba del ciclo tras reconocer no haberse puesto de acuerdo con la empresa en sus condiciones finales con la casa Matilla. En el caso de De Justo, el extremeño no ha superado las dolencias que arrastra del percance sufrido en la Feria de Leganés.
Mientras atendía a LA RAZÓN Luque solo estaba a la espera de la confirmación por parte de la casa Matilla para firmar su segunda tarde en este San Isidro, pero ningún otro torero tendría más sentido que él. El sevillano cortaba dos orejas al Fuente Ymbro que cerró plaza. A pesar del escaso juego que dieron los astados del mayoral Ricardo Gallardo, el diestro no ha querido hacer sangre: «Más allá de su comportamiento en la muleta, eran toros para una plaza de primera categoría. Fue una tarde que sirve para demostrar si un torero tiene capacidad de dominio, a pesar de que no puedas lucir todo tu repertorio y abandonarte». El propio ganadero reconocía ante los micrófonos de Movistar+ Toros que el cuarto y el quinto no le habían gustado nada y que a pesar del triunfo de Luque no se iría a gusto a casa.
Luque es un obseso de la autoexigencia: «Solo entiendo mi profesión como una carrera contra uno mismo. Por ello, quiero aprovechar esta segunda oportunidad para seguir con mi camino». Palabras similares dejó ante este medio horas antes de triunfar en Madrid, por lo que parece que su filosofía le funciona. Sobre la responsabilidad de sustituir a Emilio de Justo hoy. Luque asegura que «para mí no supone ninguna presión añadida, solo siento lástima porque mi oportunidad haya venido por un percance suyo. Le deseo la más pronta de las recuperaciones».
Sobre sus dos faenas se arrepiente de haber fallado con la espada: «Me da rabia que por la estocada se quedara en blanco una faena así». El sevillano estuvo soberbio al natural en el tercero, al que lidió por muletazos uno a uno. Sobre las sensaciones que sintió nada más después de que el presidente sacase el segundo pañuelo, asegura que «Me acordé de la gente que siempre está ahí, no de los que llaman solo cuando sales por la tarde o consigues un triunfo. La experiencia me ha enseñado que en los momentos difíciles, cuando estás parado, solo es cuando está a tu lado la gente de verdad».
Sobre el fío ambiente que está mostrando La Chata estos días, Luque asegura que «este San Isidro no tiene comparación con los de Las Ventas, pero la categoría de los toros que presentan los ganaderos sigue siendo la misma».